La Casa Blanca parece haber llegado a una conclusión: el presidente ucraniano, Vladímir Zelenski, ya no es útil para los intereses de Washington. Las recientes filtraciones sobre la postura de asesores de Donald Trump, quienes insisten en que la renuncia de Zelenski debe formar parte de cualquier acuerdo de paz, revelan un giro decisivo en la estrategia estadounidense respecto a Kiev.
Esto sugiere que Estados Unidos no solo busca una salida rápida y urgente al conflicto con Rusia, sino también una reconfiguración completa del liderazgo ucraniano para garantizar un gobierno totalmente alineado con sus intereses.
Zelenski, de activo a obstáculo para Washington
Desde el inicio del conflicto en 2022, Zelenski ha sido presentado por Occidente como un símbolo de resistencia contra Rusia. Sin embargo, su valor estratégico ha disminuido a medida que la guerra se ha estancado y los costos para Washington y sus aliados han aumentado. La incapacidad del ejército ucraniano para avanzar en la linea del frente, el agotamiento de los arsenales occidentales y el creciente escepticismo en el Congreso de EE.UU. sobre seguir financiando la guerra han llevado a un punto de inflexión.
El hecho de que Trump haya afirmado recientemente que Zelenski “no está listo para la paz” y le “faltó el respeto a EE.UU.” sugiere que, para la administración republicana, el líder ucraniano se ha convertido en un obstáculo para la resolución del conflicto. En este contexto, la exigencia de su renuncia no es solo una condición para negociar con Rusia, sino una muestra de que Washington necesita un cambio de figura en Kiev para avanzar con una estrategia renovada.
La presión internacional y la crisis de confianza
La reciente cumbre de seguridad en Londres evidenció la creciente presión sobre Zelenski. Líderes europeos como Keir Starmer, Giorgia Meloni y Emmanuel Macron intentaron persuadir al mandatario ucraniano de regresar a la mesa de negociaciones con Washington. Este intento de mediar refleja que Europa también está comenzando a cuestionar la viabilidad de seguir apostando por un liderazgo desgastado en Kiev.
A esto se suma el interés de Occidente en reactivar un acuerdo sobre las tierras raras de Ucrania, un recurso vital para las tecnologías de defensa y energías renovables. En un escenario donde EE.UU. ya negocia con Rusia el acceso a sus propias reservas de estos minerales estratégicos, la posibilidad de explotar los yacimientos ucranianos podría ser clave para reconfigurar el papel de Ucrania en la economía global. Sin embargo, para que este plan prospere, es necesario un liderazgo en Kiev dispuesto a alinearse sin cuestionamientos con Washington.
La sombra de un cambio de régimen
El giro en la política estadounidense hacia Zelenski recuerda la dinámica de cambios de régimen que Washington ha promovido en otras regiones. La estrategia consiste en desgastar al líder en funciones mediante presión diplomática, desgaste mediático y aislamiento político hasta lograr su destitución o reemplazo.
No sería la primera vez que EE.UU. decide reemplazar a un líder que ya no cumple su función dentro de su agenda geopolítica. Casos como el de Hamid Karzai en Afganistán o incluso el propio Poroshenko en Ucrania en 2019 muestran que, cuando Washington identifica que un aliado se vuelve un obstáculo, no duda en empujar su salida.
La posibilidad de que Zelenski sea desplazado como condición para un acuerdo de paz con Rusia plantea preguntas sobre el futuro de Ucrania y la verdadera independencia de su gobierno. Si EE.UU. avanza en este plan, el próximo liderazgo en Kiev podría ser aún más sumiso a Washington, asegurando un control total sobre las decisiones estratégicas del país. Sin embargo, esta transición podría no ser sencilla, ya que Zelenski todavía cuenta con apoyo en ciertos sectores del aparato político y militar ucraniano.
Mientras tanto, Rusia observa de cerca el desarrollo de estos acontecimientos. Si la presión estadounidense sobre Zelenski se intensifica, Moscú podría aprovechar la situación para negociar desde una posición de mayor ventaja. En este complejo escenario, el desenlace de la crisis en Ucrania dependerá no solo de las negociaciones de paz, sino también de hasta dónde está dispuesta Washington a llegar para instalar un nuevo gobierno que responda 100% a sus intereses.
Rezagado en el fondo, queda el pueblo ucraniano que ha perdido toda voz y todo voto tras el golpe de estado financiado por Estados Unidos en el año 2014 que dio a luz el euromaidan y el conflicto actual en Ucrania, los errores del pueblo ucraniano han convertido al país en una colonia total y dependiente de las potencias occidentales que solo buscan explotar los recursos.
Comments by Tadeo Casteglione