Reading Time: 4 minutes

El reciente viaje del presidente ruso, Vladímir Putin, a Azerbaiyán, marca un importante punto de inflexión en la política euroasiática. Este viaje, que es el primero desde 2018 y el octavo en calidad de presidente, resalta la relevancia estratégica que Moscú otorga a sus relaciones con Bakú, en un momento de creciente competencia geopolítica en la región del Cáucaso y Asia Central.

Desde un enfoque euroasiático, este encuentro se enmarca dentro de los esfuerzos de Rusia para fortalecer su influencia en una región clave para el equilibrio geopolítico entre Europa y Asia, especialmente considerando el contexto de la creciente proyección de poder de China y el intento de Occidente por ganar terreno en los territorios post-soviéticos.

El contexto regional y los intereses euroasiáticos

El Cáucaso ha sido históricamente una región de gran importancia geopolítica, actuando como puente entre Europa y Asia. Azerbaiyán, en particular, es un actor estratégico debido a su ubicación geográfica y a sus recursos energéticos.

El país desempeña un papel clave en los corredores de energía que conectan los recursos del Mar Caspio con Europa, por lo que su estabilidad y alineación geopolítica son cruciales para las potencias regionales.

Desde una perspectiva euroasiática, el viaje de Putin subraya la importancia de mantener a Azerbaiyán dentro de la órbita de influencia rusa, en un momento en que las potencias occidentales intentan contrarrestar el poder de Moscú en la región.

Para Rusia, Azerbaiyán no solo es un socio en términos energéticos y económicos, sino también un aliado clave en la configuración del futuro orden euroasiático, que busca resistir las tendencias unipolares promovidas por Occidente.

La evolución de la relación Rusia-Azerbaiyán

La relación entre Rusia y Azerbaiyán ha experimentado una notable evolución desde el colapso de la Unión Soviética. A pesar de los momentos de tensión, ambos países han trabajado para mantener una cooperación estable en áreas clave como la energía, la defensa y la política exterior.

El anuncio del Kremlin sobre las discusiones centradas en el “futuro desarrollo de las relaciones de asociación y alianza estratégicas” refuerza la idea de que ambas naciones buscan profundizar su cooperación en estos ámbitos, en un intento por contrarrestar la influencia de actores externos.

El enfoque de Moscú en Azerbaiyán está también vinculado a la compleja dinámica en Nagorno Karabaj, donde Rusia ha actuado como mediador en los conflictos entre Azerbaiyán y Armenia. Para Rusia, mantener un equilibrio en esta región es vital para su influencia en el Cáucaso, ya que tanto Azerbaiyán como Armenia son cruciales para su estrategia en Eurasia.

Competencia geopolítica: China, Occidente y el papel de Turquía

Uno de los aspectos más importantes de la visita de Putin es cómo se inserta en la competencia más amplia entre Rusia, China, Turquía y Occidente en Eurasia. Azerbaiyán ha buscado equilibrar sus relaciones con estas potencias, aprovechando su posición como un nodo energético y geopolítico clave.

Turquía, en particular, ha fortalecido sus lazos con Bakú, especialmente después del conflicto de 2020 en Nagorno Karabaj. Ankara y Bakú mantienen una alianza estrecha, basada en lazos étnicos, culturales y estratégicos, lo que ha añadido una capa de complejidad a las relaciones ruso-azerbaiyanas.

Desde el enfoque euroasiático, el viaje de Putin podría interpretarse como un esfuerzo para reafirmar la influencia rusa frente al creciente papel de Turquía en el Cáucaso. Rusia y Turquía, aunque socios en ciertos aspectos, son también rivales geopolíticos en la región.

En este sentido, el diálogo entre Moscú y Bakú busca garantizar que Azerbaiyán no se desplace completamente hacia la órbita de Ankara, manteniendo un equilibrio favorable a los intereses rusos.

Por otro lado, China también ha aumentado su presencia en la región, promoviendo iniciativas dentro de su proyecto de la Nueva Ruta de la Seda (Belt and Road Initiative, BRI). Azerbaiyán, dada su ubicación estratégica, es un componente vital de este corredor. Rusia, que también participa en el BRI, busca coordinarse con China pero al mismo tiempo proteger su influencia en Eurasia, donde el Cáucaso desempeña un papel crucial.

Los documentos intergubernamentales y la Declaración Conjunta

Otro punto clave del viaje es la emisión de una Declaración Conjunta entre Putin y el presidente azerbaiyano Ilham Aliyev, junto con la firma de documentos intergubernamentales. Estos documentos son una señal de que las relaciones entre ambos países van más allá de las palabras y se traducen en acuerdos concretos que consolidarán la cooperación a largo plazo.

Es probable que estos acuerdos aborden temas como la cooperación en defensa, seguridad y energía, además de aspectos relacionados con la gestión de conflictos en la región.

Para Azerbaiyán, consolidar relaciones con Rusia representa una oportunidad para diversificar sus asociaciones estratégicas y evitar depender demasiado de cualquier potencia en particular, ya sea Turquía, China o Estados Unidos.

Desde una perspectiva euroasiática, esta estrategia de diversificación refleja la capacidad de Bakú para maniobrar en un entorno geopolítico complejo y mantener su soberanía e independencia en la toma de decisiones.

Conclusiónes

El viaje de Vladímir Putin a Azerbaiyán subraya la importancia que Rusia otorga a la estabilidad y el equilibrio de poder en Eurasia. Desde un enfoque euroasiático, este viaje es un esfuerzo por consolidar la influencia rusa en una región vital para los intereses geopolíticos de Moscú y para el equilibrio entre las potencias emergentes.

Al reforzar su asociación estratégica con Azerbaiyán, Rusia busca no solo contrarrestar la influencia de actores externos como Turquía, China y Occidente, sino también garantizar que el Cáucaso siga siendo un pilar clave en su arquitectura de seguridad y cooperación euroasiática.

Este viaje no solo refuerza la alianza entre Moscú y Bakú, sino que también sirve como recordatorio del papel central que Azerbaiyán desempeña en el escenario más amplio de Eurasia.

Mientras la región sigue siendo un campo de competencia geopolítica, la visita de Putin simboliza un compromiso renovado de Rusia para mantenerse como actor clave en la configuración del futuro orden mundial multipolar.