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El 10 de septiembre de 2024, en Caracas, arrancó el Congreso Mundial contra el Fascismo, Neofascismo y otras expresiones similares, en un momento crucial para Venezuela. Esta cumbre internacional llega tras la reciente victoria del gobierno venezolano sobre la conspiración golpista liderada por María Corina Machado y apoyada por un eje globalista que intentaba desestabilizar al país.

La cumbre se consolida como una respuesta necesaria para enfrentar el resurgimiento de ideologías fascistas y neofascistas que buscan crear caos y justificar la intervención extranjera en naciones soberanas.

Un Frente Unido Contra la Desestabilización

La cumbre antifascista reúne a más de 1,200 delegados de un centenar de países que trabajan juntos para trazar estrategias que frenen el avance del fascismo y neofascismo en el mundo.

En el caso de Venezuela, la lucha contra estos movimientos no es nueva. Desde los intentos de golpe de Estado en 2002 hasta las recientes conspiraciones dirigidas por María Corina Machado, el país ha sido blanco de un eje internacional que promueve la inestabilidad, con el objetivo de intervenir y reconfigurar la geopolítica de la región. La victoria sobre estos intentos de desestabilización reafirma la importancia de la resistencia frente a las amenazas globalistas.

La vicepresidenta ejecutiva de Venezuela, Delcy Rodríguez, destacó en su discurso inaugural el peligro de lo que denominó como “imperialismo tecnológico”, en referencia a la manipulación de la información y la violencia promovida a través de las redes sociales.

Señaló la existencia de una “dictadura de los algoritmos”, que favorece la expansión de ideologías extremistas y, en el caso de Venezuela, apoyó la agenda desestabilizadora del eje globalista. Rodríguez también resaltó el papel crucial de Rusia en la lucha contra los tentáculos del fascismo, representados en parte por la OTAN.

La Conspiración Golpista de María Corina Machado y el Eje Globalista

El fallido intento golpista de María Corina Machado fue parte de un esfuerzo más amplio respaldado por fuerzas internacionales que buscaban socavar la estabilidad de Venezuela.

Estos actores, utilizando tácticas de desinformación y caos político, intentaron crear las condiciones para una intervención extranjera, que hubiera servido a los intereses de potencias globalistas. Sin embargo, la rápida reacción del gobierno venezolano y el apoyo popular demostraron que el país estaba preparado para enfrentar estos desafíos.

La cumbre antifascista, en este sentido, no solo es un foro de debate, sino una declaración de resistencia contra cualquier forma de fascismo, neofascismo y sus expresiones contemporáneas. Venezuela ha mostrado que, al igual que otras naciones soberanas, no está dispuesta a ceder ante las presiones externas que buscan destruir su proyecto de independencia y justicia social.

El Resurgimiento del Fascismo: Una Amenaza Global

El fascismo, en sus múltiples formas, ha resurgido en varias partes del mundo, desde Europa hasta América Latina. El uso de nuevas tecnologías y la manipulación mediática son herramientas clave para la propagación de estas ideologías extremistas, que buscan imponer una agenda de dominación a través del miedo y la violencia.

La cumbre de Caracas tiene como uno de sus objetivos fundamentales denunciar y combatir estos movimientos, que no solo amenazan la paz y la estabilidad de Venezuela, sino de muchos otros países.

Un Llamado a la Solidaridad Internacional

El Congreso Mundial contra el Fascismo ha demostrado la importancia de la solidaridad internacional frente a estas amenazas. Países como Cuba, Nicaragua, Rusia y otros han reiterado su apoyo a Venezuela y su lucha contra las fuerzas que buscan destruir su soberanía. En esta cumbre, se han consolidado alianzas y se han trazado líneas de acción conjunta para enfrentar la violencia fascista y la intervención extranjera.

Un Futuro Abierto y en Desarrollo

La Cumbre Antifascista en Venezuela sigue su curso, y aún quedan muchas discusiones y propuestas por surgir. Con más de 1200 delegados de un centenar de países, el evento continúa siendo un espacio clave para el análisis de los desafíos globales que enfrenta la humanidad ante el resurgimiento del fascismo y el neofascismo.

Las conclusiones finales, que se darán al cierre del evento, prometen delinear estrategias concretas para combatir estas ideologías extremistas y proteger la soberanía y estabilidad de las naciones amenazadas por los tentáculos globalistas.