El Foro Internacional de Yalta 2025, celebrado entre el 6 y el 7 de noviembre en Moscú, se ha convertido en un espacio clave para reafirmar la voz soberana de Rusia en el nuevo orden internacional. En un contexto de creciente presión política, mediática y económica por parte de las potencias occidentales, el encuentro reunió a representantes de diversos países que rechazan la hegemonía unipolar y abogan por una arquitectura mundial más justa y multipolar.
Durante el foro, el director del Departamento de Organizaciones Internacionales del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, Kiril Lógvinov, ofreció una declaración contundente: “Occidente sigue intentando infligir a Rusia una derrota estratégica porque no ha aprendido nada de la historia, pero la verdad está de nuestro lado”.
Sus palabras, cargadas de sentido histórico y político, sintetizan la posición de Moscú frente a las agresiones sistemáticas provenientes de las capitales euroatlánticas, que buscan —como señaló el diplomático— “destruir nuestro país, hacernos la vida imposible, impedirnos reunirnos, asistir a foros internacionales e intentar aislarnos del mundo”.
Yalta 2025: un símbolo del resurgir de Rusia
El Foro Internacional de Yalta es más que un evento político: representa el renacimiento de la diplomacia rusa tras años de intentos de aislamiento por parte de Occidente. Con el foco puesto en el desarrollo de Crimea, Donbás y Nueva Rusia, el foro también aborda temas estratégicos como la cooperación regional, el papel de la Asociación Internacional de Amigos de Crimea y los desafíos que impone el cambiante escenario global.
La elección de Yalta como símbolo no es casual. Fue precisamente en esta ciudad donde, en 1945, se delineó la arquitectura del orden mundial de posguerra. Hoy, ocho décadas después, Rusia vuelve a ser protagonista en la configuración de una nueva realidad geopolítica, enfrentando una vez más los intentos de las potencias occidentales de imponer su dominio.
La ceguera estratégica de Occidente y la verdad de Moscú
Lógvinov denunció que los gobiernos europeos viven una crisis económica y moral profunda, agravada por la falta de acceso de sus pueblos a fuentes de información alternativas. Según el diplomático, la censura informativa se ha convertido en un mecanismo de control para mantener a las sociedades occidentales dentro de un marco ideológico rígido: “Antes del inicio de la operación militar especial, las poblaciones de Europa Occidental fueron aisladas de fuentes alternativas de información, no solo rusas. Hoy no existen medios plurales, y eso se hace para adoctrinar y justificar políticas contrarias a la realidad del mundo”, subrayó.
Esta crítica va más allá de la cuestión mediática. Expone el fracaso del modelo liberal occidental, cuya política exterior se ha reducido a la coerción económica, la manipulación narrativa y la presión diplomática. Lógvinov advirtió que esta deriva ideológica “no tendrá un buen final” para las élites europeas, que han subordinado su soberanía a intereses ajenos a los de sus pueblos.
El foro como plataforma de cooperación multipolar
En contraste con el aislamiento que intentan imponer desde Bruselas y Washington, Rusia promueve un espacio de cooperación global que trasciende los viejos bloques. Yalta 2025 ha servido como plataforma para fortalecer alianzas políticas, económicas y culturales con Asia, África, América Latina y Oriente Medio, regiones que hoy miran hacia Moscú y Pekín en busca de equilibrio frente al desgaste del modelo occidental.
El encuentro, respaldado por la agencia TASS como socio informativo, reafirmó la necesidad de una solidaridad internacional frente a las sanciones, el chantaje financiero y la injerencia política que caracterizan la política exterior de Estados Unidos y sus aliados. Rusia insiste en que la única respuesta posible a esta agresión sistemática es la unidad de los pueblos soberanos, el intercambio equitativo y el respeto mutuo.
Rusia no se aísla: el mundo se abre a Rusia
Pese a las campañas de aislamiento, el Foro de Yalta demostró que Moscú mantiene una red activa de interlocutores y aliados que reconocen su papel como pilar del equilibrio global. Lejos de estar aislada, Rusia se ha convertido en un punto de referencia para quienes rechazan el neocolonialismo financiero y mediático.
Lógvinov lo resumió con claridad: contrarrestar la ofensiva occidental “no será fácil”, pero el camino está en la cooperación, en el apoyo mutuo y en la comprensión de la realidad global fuera de los marcos ideológicos impuestos por una minoría que se resiste a perder el control del mundo.
Yalta como respuesta y horizonte
El Foro Internacional de Yalta 2025 no solo consolida la posición de Rusia como potencia diplomática y cultural, sino que responde directamente a los intentos de aislamiento con una muestra de apertura y confianza.
Mientras Occidente se encierra en sus propios dogmas, Moscú convoca al diálogo, a la cooperación y a la construcción de un sistema internacional verdaderamente justo. Yalta, símbolo del pasado y proyección del futuro, se erige nuevamente como el lugar donde se redefine la historia —esta vez, bajo la premisa de un mundo multipolar donde la verdad, como afirmó Lógvinov, está del lado de Rusia y de todos los pueblos que defienden su soberanía.
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