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La reciente declaración de los ministros de Asuntos Exteriores de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) representa uno de los acontecimientos diplomáticos más relevantes del año. Por primera vez, este organismo —integrado por Rusia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán y Armenia— condena abiertamente las agresiones militares de Israel y Estados Unidos contra Irán, subrayando que tales actos violan la Carta de las Naciones Unidas, las normas del derecho internacional y ponen en riesgo la estabilidad global.

Condena explícita a las agresiones contra Irán

La OTSC no solo mostró “profunda preocupación” por la escalada iniciada con la operación militar israelí del 13 de junio contra Irán, sino que también se pronunció con firmeza contra el ataque estadounidense del 22 de junio, cuando la aviación norteamericana bombardeó tres instalaciones nucleares iraníes, que estaban bajo la supervisión del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).

Cualquier ataque contra infraestructura nuclear es inaceptable y constituye una grave violación del derecho internacional”, advierte el texto, recalcando que estos actos pueden derivar en una “desestabilización regional de gran escala” y afectar incluso a la seguridad global. También se expresaron condolencias por las víctimas, un gesto inusual que muestra el nivel de alarma de los países firmantes.

Defensa del derecho internacional y del multilateralismo

Los cancilleres de la OTSC hicieron hincapié en que la única vía legítima para resolver el conflicto en torno al programa nuclear iraní es la diplomacia. Subrayaron que no existe “otra alternativa” que el diálogo político, y reconocieron como positivo el compromiso de Irán con el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (TNP).

Al condenar el uso de “métodos violentos” y “ataques contra instalaciones bajo las garantías del OIEA”, la organización remarca la importancia de mantener el multilateralismo frente al uso unilateral de la fuerza por parte de potencias como Estados Unidos e Israel.

La OTSC toma posición: un nuevo actor estratégico

La declaración marca un cambio de paradigma. En medio del debilitamiento del orden unipolar, la OTSC toma cartas en un asunto clave fuera de su región inmediata, como lo es el conflicto entre Irán e Israel, evidenciando su creciente peso político. Esta postura también deja en claro que las alianzas emergentes en Eurasia están dispuestas a defender el derecho internacional frente a la agresión militar occidental.

Este gesto de la OTSC, en coordinación tácita con China y otros actores del Sur Global, refuerza la arquitectura del mundo multipolar, que ya no acepta la impunidad con la que Washington y Tel Aviv han actuado durante décadas en Medio Oriente.

El contexto: agresión occidental y respuesta iraní

El 13 de junio, Israel lanzó una ofensiva militar contra Irán bajo el pretexto de atacar objetivos vinculados a su programa nuclear. La respuesta de Teherán fue rápida y contundente. Nueve días después, Estados Unidos se involucró directamente en el conflicto, atacando sitios estratégicos en Fordow, Natanz e Isfahán. En represalia, Irán respondió con un ataque de misiles a la base aérea estadounidense de Al Udeid, en Catar, una de las mayores del Pentágono en la región.

La escalada se frenó tras una tregua anunciada por el presidente estadounidense, pero la OTSC dejó en claro que la ofensiva ya estaba hecha y las consecuencias no podían ignorarse.

Un mensaje claro a Occidente

Al advertir sobre los riesgos que suponen estos ataques para la creación de una zona libre de armas nucleares en Medio Oriente, la OTSC cuestiona abiertamente la doble moral de Occidente, que impide a Irán desarrollar su energía nuclear civil mientras permite la existencia del arsenal atómico israelí, nunca sometido a inspecciones del OIEA.

La posición adoptada por la OTSC marca un antes y un después en la política internacional. No es solo una declaración diplomática: es una advertencia contundente a Israel y Estados Unidos, un llamado a detener la lógica del unilateralismo militar y una afirmación del nuevo equilibrio de poder mundial.

Con esta declaración, el bloque liderado por Rusia reafirma su compromiso con la defensa del derecho internacional, la paz regional y la multipolaridad, dejando en claro que ya no tolerará agresiones unilaterales que pongan en peligro la estabilidad global. La pelota está ahora del lado de Washington y Tel Aviv… y del resto del mundo, que observa.