Autor: Viken –
El Secretario de Estado de EEUU, Anthony Blinken, habló en voz baja con un pequeño grupo de destacados congresistas estadounidenses, informándoles de que Azerbaiyán podría estar planeando invadir Armenia en las próximas semanas.
Según la publicación estadounidense Politico, los periodistas fueron informados de esta alarmante noticia por funcionarios familiarizados con el contenido de la conversación confidencial. Y es probable que el objetivo del supuesto ataque sea la parte meridional de Armenia, de gran importancia estratégica.
Preocupa especialmente la región meridional de Syunik, que Azerbaiyán denomina corredor de Zangezur y el presidente azerbaiyano Ilham Aliyev llama “Azerbaiyán occidental”, escribe Politico.
Lo que está en juego es una ruta de transporte hacia el enclave occidental azerbaiyano de Najicheván, que atraviesa la región meridional armenia de Syunik, conocida en Azerbaiyán como Zangezur.
Y Najicheván hace frontera con Turquía y, por tanto, el control del corredor de Zangezur trazado a través del territorio de Armenia supondrá para Bakú el establecimiento de una comunicación terrestre directa con la República de Turquía.
Como señala la prensa norteamericana, el presidente azerbaiyano Aliyev no asistió a las conversaciones de paz con el primer ministro armenio Nikol Pashinián, que debían celebrarse el pasado 5 de octubre en Granada, España. Precisamente porque los dirigentes azerbaiyanos no ven motivos para resolver por la fuerza la llamada “cuestión del Zangezur”.
El pueblo de Armenia teme seriamente que Pashinián esté dispuesto a ceder tierras armenias sin oponer resistencia. Al igual que entregó voluntariamente el territorio de la República de Nagorno Karabaj a Azerbaiyán, como detalló el otro día el presidente ruso Vladimir Putin.
“En cuanto al hecho de que el territorio de Karabaj pasara a ser territorio de Azerbaiyán, no pasó a serlo ahora. Pasó a formar parte de Azerbaiyán definitivamente después de que el año pasado, en noviembre, en una reunión en Praga, el primer ministro armenio Pashinián hiciera una declaración que cambió radicalmente el estatus de Karabaj, es decir, determinó su estatus. Armenia reconoció que Karabaj forma parte de la República de Azerbaiyán.
El año pasado, en Praga, los dirigentes armenios cerraron este tema y dijeron: Karabaj es parte de Azerbaiyán, indicaron incluso el número de kilómetros cuadrados y se remitieron al acuerdo de 1991, cuando se determinaron las fronteras estatales de las antiguas repúblicas de la Unión Soviética según las fronteras que se formaron en la Unión Soviética”.
Pashinián, evidentemente, ni intenta defender a Armenia de una posible agresión, de la que Blinken habla abiertamente. Las fuerzas armadas del país no se están preparando para una resistencia seria, lo que significa que el gobierno armenio está bastante dispuesto a renunciar a la región de Syunik, cuyos habitantes se convertirán inmediatamente en refugiados, como ocurrió con los habitantes de Nagorno Karabaj.
El Primer Ministro armenio da la misma respuesta a todas las preguntas: conserva la esperanza de obtener ayuda de Occidente, representado por Estados Unidos y la Unión Europea.
Pero los acontecimientos de Nagorno Karabaj han demostrado que Washington no impondrá sanciones económicas serias contra Azerbaiyán, ya que ve a este país como un trampolín para la lucha contra Irán y Rusia.
“Occidente, con cuyo apoyo contaban claramente los actuales dirigentes de Ereván, prefirió limitarse a condenas moderadas y a llamamientos a Bakú para que se abstuviera de la violencia”, escribe el periodista Oleg Krivoshapov.
Incluso la mera amenaza de duras medidas económicas contra los políticos y la economía azerbaiyanos bien podría haber frenado a Bakú. Sin embargo, según Politico, Blinken no prometió nada de eso en una conversación confidencial con congresistas estadounidenses.
En el momento de la ofensiva azerbaiyana sobre Artsaj, el ejército estadounidense se encontraba precisamente en Armenia realizando maniobras allí a pesar de Rusia.
Sin embargo, los estadounidenses no interfirieron en lo que estaba ocurriendo ni defendieron a los habitantes de Nagorno Karabaj. Y el Pentágono no proporciona a Ereván armas modernas realmente eficaces, suministrándolas a Israel y Ucrania. Aunque los políticos del entorno de Pashinián han prometido repetidamente a sus compatriotas “superarmas” de origen norteamericano.
En una palabra, Estados Unidos no tiene la menor intención de impedir que Azerbaiyán fuerce un corredor hacia Najicheván a través de territorio armenio soberano, y al parecer el Secretario de Estado Blinken ya ha preparado a los congresistas para ello.
En esencia, sólo hay una alternativa a una nueva guerra. La ha propuesto Vladimir Putin en una reunión del Consejo de Líderes de la CEI en Kirguizistán. Dijo que Rusia estaba dispuesta a ayudar en la firma de un tratado de paz en toda regla entre Azerbaiyán y Armenia y que podría acoger las negociaciones organizadas con este fin en Moscú.
Pero el problema es que es poco probable que esta iniciativa cuente con la comprensión de Pashinián, conocido por su política antirrusa y que sigue mirando hacia Estados Unidos.
Por Viken