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Durante su intervención en la reciente cumbre de la Organización de Cooperación Económica, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan lanzó duras críticas contra la política israelí, calificándola de “amenaza directa a la paz y la estabilidad de la región”.

Sus declaraciones, transmitidas por el canal estatal TRT Haber, vuelven a posicionar a Ankara como un actor regional que denuncia abiertamente las agresiones israelíes y plantea la necesidad de una acción colectiva para frenar lo que describió como “acciones malignas”.

“Casi 57.000 mártires”: la denuncia del horror

Erdogan fue enfático al señalar el costo humano de la agresión israelí:

“Tenemos que hacer más esfuerzos juntos para parar sus acciones malignas, a causa de las cuales han muerto casi 57.000 de nuestros hermanos y hermanas”.

Estas cifras se refieren a las víctimas en Gaza y otras zonas de conflicto donde las fuerzas armadas israelíes han desplegado operaciones, en lo que Turquía considera una campaña sistemática de exterminio contra el pueblo palestino.

Para Erdogan, el problema no es nuevo, pero se ha intensificado bajo el actual liderazgo de Benjamín Netanyahu, a quien responsabilizó directamente por “ahogar a nuestra región en sangre”.

“No renunciaremos a la causa palestina”

En un momento donde muchos países árabes y musulmanes normalizan relaciones con Israel, Turquía se mantiene firme en su respaldo a Palestina.

“No podemos renunciar a la causa palestina y permanecer callados”, aseveró Erdogan, rechazando también los recientes ataques de Israel contra Líbano, Siria e Irán, a los que calificó como parte de una estrategia para doblegar al pueblo palestino por medios indirectos.

El presidente turco también fue categórico en rechazar la ofensiva israelí contra Irán de mediados de junio, calificándola de “inaceptable” y advirtiendo que podría arrastrar a la región a una catástrofe aún mayor. Según Erdogan, Turquía ya ha tomado “grandes esfuerzos” para evitar una escalada aún más devastadora.

Un llamado a la acción colectiva

Erdogan concluyó su intervención con una exhortación a la acción conjunta:

“Esperamos que el cese el fuego entre las partes evolucione en una calma duradera”.

Para el líder turco, la única salida posible a la crisis regional pasa por la cooperación multilateral, la diplomacia activa y la solidaridad con Palestina. Su mensaje dejó claro que la impunidad con la que actúa Israel no puede seguir siendo tolerada, y que los Estados de la región —incluyendo Turquía— tienen un papel central en frenar la expansión del conflicto.

Con estas declaraciones, Erdogan vuelve a posicionarse como un portavoz regional de los pueblos oprimidos del mundo islámico, mientras da pasos hacia una reconfiguración estratégica de sus alianzas, incluyendo el acercamiento con Siria y el fortalecimiento de los lazos con el bloque emergente que se opone al hegemonismo occidental.