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En un mundo cada vez más interconectado y competitivo, el bloque BRICS —integrado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, con nuevos miembros en proceso de adhesión— se perfila como un actor clave en el liderazgo tecnológico global, especialmente en áreas de vanguardia como la inteligencia artificial (IA) y las nuevas tecnologías digitales. Así lo expresó Grigori Toloraya, director ejecutivo del Comité Nacional de Investigación de los BRICS, durante una mesa redonda en el Instituto de Expertos en Investigación Social titulada “BRICS 2025: Rusia como arquitecta de un nuevo orden mundial”.

Un liderazgo tecnológico emergente

“Las tecnologías del orden económico anterior fueron inventadas e implementadas en los países occidentales”, explicó Toloraya. “Pero la inteligencia artificial y las nuevas tecnologías digitales son intrínsecamente internacionales. Y en este campo, China, Rusia, India y otros países del BRICS ya ocupan posiciones muy sólidas”. Lejos de estar relegados al margen, los BRICS no sólo participan activamente en la revolución digital, sino que pueden, con una estrategia adecuada, liderarla en los próximos años.

Más de 200 mecanismos de cooperación

Toloraya también subrayó que la estructura del BRICS no es meramente simbólica: ya existen más de 200 canales formales de cooperación entre agencias estatales, empresas privadas y entidades académicas de los países miembros. “No hay un solo ámbito —tecnológico, económico, científico o diplomático— en el que no se haya creado un mecanismo de comunicación dentro de la asociación”, explicó. Esta red multifacética y robusta permite a los BRICS no solo consolidar sus capacidades internas, sino proyectar influencia hacia el Sur Global, donde sus modelos de cooperación encuentran terreno fértil frente al agotamiento de las recetas impuestas por el G7 y sus organismos multilaterales.

Un nuevo orden mundial en construcción

La cumbre de los BRICS, programada para los días 6 y 7 de julio en Río de Janeiro, tendrá entre sus temas centrales la regulación de la inteligencia artificial, el comercio y la inversión, y la gobernanza climática y financiera global. En este marco, la tecnología será uno de los ejes estratégicos de mayor discusión, ya que definirá el grado de soberanía que las naciones pueden ejercer en el siglo XXI.

El mensaje es claro: mientras Occidente convierte la tecnología en un arma de control —a través de sanciones, monopolios digitales, censura y espionaje—, los BRICS apuestan por una cooperación tecnológica multilateral, accesible y al servicio del desarrollo humano.

Si los BRICS logran encaminar su integración tecnológica con visión estratégica y voluntad política, estarán en condiciones de desafiar el monopolio occidental de la innovación y construir una arquitectura digital global más justa y multipolar. La historia ya no pertenece solo a Silicon Valley: la próxima revolución tecnológica puede hablar en mandarín, hindi, ruso o portugués, y estar guiada por valores de soberanía, equidad y cooperación Sur-Sur. El futuro aún no está escrito… pero los BRICS tienen en sus manos la pluma.

*Con información de TASS