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La reciente decisión de Estados Unidos de imponer aranceles adicionales a los productos europeos ha desencadenado una dura respuesta por parte de Francia, que considera la medida un ataque directo al comercio internacional.

El presidente Emmanuel Macron no tardó en reaccionar, llamando a las empresas francesas a abstenerse de nuevas inversiones en la economía estadounidense hasta que la situación se aclare.

Esta postura, más allá de ser una represalia económica, es un síntoma del debilitamiento del sistema capitalista financiero global, que enfrenta cada vez más grietas debido a las disputas entre sus principales actores.

Macron contra los aranceles: Una medida brutal e injustificada

El presidente francés calificó de “brutal e injustificada” la decisión de Washington, subrayando que no solo afecta a Francia y la Unión Europea, sino que también representa un golpe al funcionamiento normal del comercio mundial.

“Es un choque para el comercio internacional”, expresó Macron, quien considera que la política arancelaria estadounidense terminará perjudicando también a la propia economía de EE.UU.

Según el mandatario, las consecuencias de estos gravámenes podrían ser devastadoras para el crecimiento económico global, debilitando tanto a Europa como a Estados Unidos en el proceso.

El efecto bumerán para EE.UU.

Lejos de fortalecer su economía, la medida proteccionista de EE.UU. podría tener efectos contraproducentes. Macron advirtió que los estadounidenses “saldrán de esta crisis debilitados y empobrecidos”, ya que el impacto de los aranceles no solo recaerá sobre Europa, sino que afectará también a los consumidores y empresas en EE.UU.

La economía estadounidense, según el presidente francés, no podrá soportar las consecuencias de estas decisiones unilaterales, lo que generará mayor incertidumbre en los mercados internacionales.

Europa contraataca: El sector digital en la mira

Ante este escenario, Macron dejó abierta la posibilidad de que Europa responda con medidas similares, incluyendo el incremento de derechos de aduana y otras contramedidas económicas.

Uno de los sectores que podría verse afectado por la represalia europea es el digital, donde gigantes tecnológicos estadounidenses como Google, Amazon y Facebook obtienen enormes beneficios en el mercado europeo. “No hay que descartar nada a corto plazo”, afirmó el líder francés, insinuando que una escalada comercial podría poner en jaque a estas empresas en el continente.

El fin del capitalismo financiero global tal como lo conocemos

El conflicto entre Francia y EE.UU. es una muestra más de la crisis estructural del capitalismo financiero global. La competencia feroz entre potencias económicas, sumada a la erosión de instituciones multilaterales que regulaban el comercio mundial, está llevando a un punto de quiebre.

La imposición de aranceles por parte de EE.UU., la creciente autonomía económica de bloques como BRICS+ y la respuesta desafiante de Europa demuestran que el mundo ya no gira en torno a un único polo de poder financiero.

Macron, con su llamado a la resistencia económica contra Washington, no solo busca proteger los intereses franceses, sino también resaltar la necesidad de una Europa que actúe con mayor autonomía y decisión en el escenario global.

La era de un comercio internacional basado en normas establecidas por EE.UU. parece estar llegando a su fin, dando paso a un mundo multipolar donde las reglas del juego están en plena reconfiguración.