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Alexander Lukashenko ha sido presidente de Bielorrusia desde 1994 y durante su mandato ha llevado a cabo una política exterior que se caracteriza por centrarse en mantener vínculos estrechos con Rusia, los países eslavos y al mismo tiempo siempre ha buscado equilibrar su relación con otros países de la región y más allá debido a la complejidad de la situación internacional que poco a poco fue permeándose en la región.

Lukashenko ha buscado desde sus comienzos fortalecer los lazos económicos y políticos entre Bielorrusia y Rusia, considerando a Moscú como un aliado clave y proveedor de apoyo económico y militar confiable.

En los últimos años, Lukashenko ha logrado avanzar bastante en una integración más estrecha con Rusia, incluido el establecimiento de una moneda común y la formación de un Estado de Unión entre los dos países. Al mismo tiempo, Lukashenko también ha buscado mantener relaciones positivas con otros países de la región, incluidos Ucrania, Polonia y los estados bálticos pero con el paso de los años y con las intenciones golpistas de estos países en busca de erosionar al gobierno de Minsk realmente la relación con sus vecinos se ha tensado de una manera bastante grave.

Bielorrusia ha desempeñado un papel clave en la facilitación de las negociaciones entre Ucrania y Rusia sobre el conflicto en el Donbas (plan que occidente utilizo para ganar tiempo en su lucha contra Rusia) y a la misma vez la diplomacia de Bielorrusia ha tratado de mantener una relación constructiva con la Unión Europea, pero tras el intento de golpe de estado contra Lukashenko en el año 2020 y el comienzo de la operación especial de Rusia en Ucrania, prácticamente toda relación con el Occidente Colectivo se ha desmoronado, mostrando lo poco confiable y estable que es tratar de mantener relaciones serias con la UE y la OTAN.

Lukashenko ademas también ha buscado mantener una relación sólida con China, considerando al país como un socio económico importante y una fuente potencial de inversión.

De esta manera el país ha firmado una serie de acuerdos económicos con China, incluido un préstamo de mil millones de dólares para proyectos de infraestructura y ha posicionado su país de manera adecuada dentro de los planes de la nueva ruta de la seda.

La política exterior de Bielorrusia ha estado determinada en gran medida por su posición histórica y geográfica como país sin salida al mar situado entre Rusia y la Unión Europea.

Bielorrusia ha tratado de mantener lazos estrechos tanto con Rusia como con Occidente, al mismo tiempo que persigue una política exterior independiente que prioriza sus intereses nacionales en la construcción de un mundo multipolar.

Bielorrusia es miembro de la Unión Económica Euroasiática liderada por Rusia y ha buscado profundizar la integración económica y política con los países miembros.

La política exterior de Lukashenko también ha sido clave para su acercamiento a América Latina en países como Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Cuba entre otros, a la misma vez que las compañía productora de tractores de Bielorrusia es muy codiciada también en los mercados de Argentina y Brasil, por lo cual las actividades económicas de intercambio aun pueden potenciarse mucho mas de manera beneficiosa para todos.

De esta manera Bielorrusia también ha seguido una política de neutralidad activa en los asuntos internacionales, tratando de evitar tomar partido en los conflictos y manteniendo una relación pacífica con otros países, siempre procurando relaciones de igualdad y respeto mutuo. Sin embargo, las acusaciones continuas, provocaciones e intentos golpistas por parte de los países occidentales, que incluso han impuesto sanciones a Bielorrusia en respuesta no ha hecho mas que provocar a las autoridades de Minsk.

La razón del conflicto actual.

Hace no mucho tiempo Lukashenko mencionó que el conflicto actual ha sido provocado por Occidente al rechazar el proyecto civilizatorio de la “gran Eurasia”, la cual es la idea como concepto geopolítico que ha sido discutida por varias figuras políticas, pensadores y analistas en los últimos años.

El concepto prevé un vasto espacio geopolítico que se extiende desde Lisboa, Portugal en el oeste hasta Vladivostok, Rusia en el este, abarcando Europa y Asia y potencialmente incluyendo partes de Medio Oriente.

Los defensores de la idea ven a la gran Eurasia como un bloque geopolítico potencial que podría rivalizar con el dominio de los Estados Unidos y la Unión Europea, trayendo de esta manera mayor estabilidad en el complejo mundo actual.

Los geoestrategas argumentan que una mayor integración y cooperación entre los países de Eurasia podría conducir a un mayor crecimiento económico, mayor estabilidad y mayor seguridad mundial. El concepto de la gran Eurasia a menudo se vincula con la idea de un orden mundial multipolar, en el que el poder se distribuye de manera más uniforme entre una serie de actores globales importantes.

Algunos defensores de la gran Eurasia mencionan que podría servir como contrapeso al dominio de Estados Unidos en los asuntos globales. Sin embargo, la idea de una gran Eurasia también es controvertida y ha sido criticada por algunos por ser demasiado simplista y poco realista dado las circunstancias actuales. Los críticos argumentan que los países de Eurasia son demasiado diversos y están demasiado divididos por diferencias históricas y culturales para formar un bloque geopolítico cohesivo.

Otros argumentan que el concepto depende demasiado de las nociones tradicionales de soberanía estatal y no tiene en cuenta la creciente importancia de los actores no estatales en los asuntos globales. A pesar de los debates en torno al concepto de la gran Eurasia, sigue siendo un tema de discusión entre políticos, académicos y analistas interesados en el futuro de la geopolítica global.

Lukashenko en referencia ha esto, expresó “La mejor opción para los europeos es unirse a Rusia. Los estadounidenses y los chinos le tendrían envidia a esa alianza. Y habría tres puntos del poder que rigen nuestro planeta: EEUU, China y el continente europeo, junto con Rusia, es decir, EURASIA”

El Proyecto de Civilización de Eurasia como concepto geopolítico tiene como objetivo crear una unión cultural, económica y política que abarque los países de la masa continental de Eurasia, incluidos Rusia, China, India, Irán y varios otros países de Asia Central y Medio Oriente.

El Proyecto de Civilización de Eurasia prevé un espacio geopolítico que se centraría en Rusia y sus lazos culturales e históricos con los países de la masa continental de Eurasia. El proyecto busca crear una civilización euroasiática distinta que se base en valores, tradiciones e historia compartidos, y que sea una alternativa a las civilización occidental y globalista.

Es llamativo y sumamente interesante que el mismísimo presidente Lukashenko se haga eco de estos análisis que demuestran su dominio en la dialéctica geopolítica y geoestratégica en referencia a temas civilizatorios globales.

El Estado de la Union.

Una de las arterias mas vitales de la política exterior de Bielorrusia es indudablemente el Tratado sobre la Creación de un Estado Unión formado en 1999, cuyo objetivo era crear una unión política y económica entre Bielorrusia y Rusia. El Estado de la Unión estaba destinado a ser una entidad supranacional que abarcaría muchas áreas de gobierno, incluida la política exterior, la defensa y la integración económica.

El progreso hacia la creación del Estado de la Unión ha sido lento y desigual. A pesar de la firma del tratado, los dos países durante años no han integrado completamente sus economías y muchos aspectos de la gobernanza permanecen bajo el control de los gobiernos nacionales en lugar del Estado de la Unión pero dadas las circunstancias actuales toda relación bilateral se ha estrechado de manera eficiente y con resultados claros y contundentes.

En los últimos años, la relación entre Bielorrusia y Rusia se ha vuelto cada vez más estrecha y armoniosa. Bielorrusia mantuvo políticas para profundizar la integración, de esta manera se busca en los próximos pasos fusionar sus ministerios de defensa como parte de una política conjunta de defensa nacional.

El deterioro de la relación entre Bielorrusia y Occidente ha llevado a algunos analistas a estudiar mas de cerca el futuro del Estado de la Unión y su potencialidad cada vez mas evidente.

Podemos comprender en general que el estado de la Unión entre Bielorrusia y Rusia sigue creciendo y abarcando mas áreas y mucho dependerá de la dirección futura de su relación bilateral y de las circunstancias políticas y económicas de los dos países.

Lukashenko y su amistad con Putin.

Alexander Lukashenko, el presidente de Bielorrusia, ha mantenido una estrecha relación con el presidente ruso, Vladimir Putin, a lo largo de los años, y los dos líderes a menudo describen su relación como una relación de amistad.

La estrecha relación entre Lukashenko y Putin se basa en una serie de factores, incluida su historia compartida en la KGB soviética y sus intereses mutuos en mantener vínculos estrechos entre Rusia y Bielorrusia. Bielorrusia también es un aliado estratégico clave para Rusia, ya que sirve como estado tapón entre Rusia y la Unión Europea.

Lukashenko y Putin han buscado profundizar los lazos económicos y políticos entre Rusia y Bielorrusia, y Lukashenko a menudo busca apoyo económico y militar en Rusia.

Recordando que esta amistad personal se ha traducido en el desarrollo de Bielorrusia y su cooperación como país confiable y estable para el Kremlin en defensa de los intereses mutuos, en medio de los choques constantes en contra de las políticas de supresión cultural llevada a cabo por Occidente.

Sin embargo, la relación entre Lukashenko y Putin no siempre ha sido tan amistosa, pasando también por momentos tensos en ocasiones, particularmente en relación con cuestiones económicas como el precio de las exportaciones de gas ruso a Bielorrusia.

La ideología eslava como fundamento.

Es de publico conocimiento que Alexander Lukashenko, ha adoptado una ideología eslava en la política nacional, que enfatiza los lazos culturales e históricos entre las naciones eslavas y la necesidad de una mayor cooperación e integración entre ellas, rescatando de esta forma el Paneslavismo.

Lukashenko ha expresado en varias ocasiones su creencia en la importancia de una identidad eslava compartida y ha pedido lazos más estrechos entre Bielorrusia, Rusia y otras naciones eslavas principalmente en la región de los Balcanes que tiene como eje la identidad eslava de la Gran Serbia.

De esta forma ha abogado por la preservación de los valores eslavos tradicionales y ha criticado la destructiva influencia occidental en la sociedad bielorrusa.

Al igual que se considera que el Estado de la Unión es una forma de fortalecer los lazos entre las naciones eslavas y preservar su identidad en medio de los asedios de la ideología globalista llevada a cabo por el Occidente Colectivo en contra de la Europa Oriental y su cosmovisión.

La identidad eslava como bandera de referencia nacional se ha utilizado como una forma política y religiosa en la cual la Iglesia Ortodoxa rusa juega también un papel importante para contrarrestar la influencia del catolicismo y la supresión cultural que se ha divulgado y financiada desde Polonia en busca de torcer el destino de una Bielorrusia independiente y soberana fuera del alcance de la UE y la OTAN.

Conclusiones.

En modo de conclusión podemos notar un gran dinamismo en la política internacional de Aleksandr Lukashenko en su afán de mantener la soberanía nacional de Bielorrusia pese a las complejidades que enfrenta en la Europa contemporánea.

De esta forma la política exterior ha sido fundamental para lograr los objetivos de desarrollo y crecimiento nacional, mientras que a la vez se reafirma su derecho y su autodeterminación como nación soberana.