El gobierno de Hussein reconoció oficialmente a los cristianos y a otras minorías religiosas en la Constitución de 1970. Además, se les otorgó representación en instituciones gubernamentales, con cristianos ocupando puestos clave, como el ya mencionado Tariq Aziz, quien fue ministro de exteriores. Esta inclusión proporcionó una sensación de reconocimiento y participación en la vida social del país.
Crecimiento y Multiplicación de la Comunidad Cristiana:
Bajo la administración de Hussein, los cristianos no solo vivieron en paz, con libre culto, sino que también experimentaron un crecimiento demográfico significativo. La población cristiana superaba los 2 millones en esa época, y su presencia era vital para la diversidad religiosa y cultural del país al igual que su aporte económico de gran importancia en la agricultura.
Impacto de la Invasión Estadounidense en 2003:
La invasión liderada por Estados Unidos en 2003 marcó un punto de inflexión dramático para Irak y, en particular, para la comunidad cristiana. La estabilidad que habían disfrutado durante décadas se desmoronó, y la violencia se desató en todo el país.
La invasión de Irak en 2003 incluyó intensos bombardeos como parte de las operaciones militares. Si bien el “objetivo declarado” era derrocar el gobierno popular de Saddam Hussein, los bombardeos indiscriminados causaron la muerte de cientos de miles de civiles inocentes. En este caos, comunidades enteras, incluyendo a los cristianos, sufrieron pérdidas humanas significativas que se cuentan por decenas de miles.
Tomando la magnitud de la destrucción y del colapso de una de las comunidades cristianas mas antiguas y mas fuertes de la región podemos sostener sin temor que la invasión ilegal de los Estados Unidos produjo la mayor persecución y exterminio de cristianos que se tenga conocimiento.
Persecución y Exterminio de Cristianos:
La invasión resultó en la desestabilización de las instituciones iraquíes, creando un vacío de poder que fue explotado por grupos extremistas. La comunidad cristiana fue blanco de ataques y persecuciones, resultando en la pérdida de cientos de miles de vidas. El exodo masivo de cristianos se convirtió en una dolorosa realidad.
La invasión resultó en la caída del gobierno de Hussein y la desintegración del sistema legal iraquí existente. La ausencia de una transición hasta la actualidad llevó a un vacío de poder, dando lugar a un período de anarquía y caos. La falta de una estructura gubernamental efectiva dejó a las comunidades vulnerables a la violencia y las luchas sectarias.
Con la caída del régimen legal baazista y la desaparición del orden establecido, se intensificaron las tensiones sectarias entre diferentes comunidades religiosas en Irak. Grupos extremistas previamente armados por los Estados Unidos aprovecharon este caos para perseguir a minorías, incluidos los cristianos, generando un éxodo masivo y pérdidas humanas considerables.
El colapso del sistema legal y la creciente violencia sectaria llevaron a un desplazamiento masivo de comunidades cristianas. Muchos se vieron obligados a abandonar sus hogares en busca de seguridad, lo que contribuyó a la disminución significativa de la población cristiana en Irak.