Reading Time: 2 minutes

Ironía Global: Risas y Críticas en la Escena Política Mundial.

¡Qué sorpresa, otro año, otro derroche exorbitante de dinero en nombre de la seguridad! Es increíble cómo el país más “poderoso” del mundo siempre encuentra una manera de justificar gastar una cantidad obscena de dinero en armas y equipo militar. Pero hey, ¿quién necesita educación, atención médica accesible o infraestructura sólida cuando puedes tener un nuevo bombardero supersónico?

Cada año, los políticos estadounidenses se reúnen en sus oficinas y se preguntan: “¿Cómo podemos gastar más dinero en el ejército este año?” ¡Y vaya que se esmeran en encontrar respuestas! Desde aviones de combate de última generación hasta portaaviones gigantes, no hay límite para las maravillas militares en las que están dispuestos a invertir. Después de todo, ¿quién necesita servicios básicos cuando puedes tener un tanque de batalla de última generación estacionado en cada esquina?

Pero no te preocupes, ciudadano común, porque aunque el presupuesto de defensa sigue creciendo a un ritmo astronómico, se aseguran de que siempre haya recortes en otros lugares. ¿Necesitas una vivienda asequible? Lo siento, pero ese dinero se destinó a un programa de investigación de armas secretas. ¿Buscas atención médica de calidad? No puedes permitírtela porque ese dinero se gastó en un misil nuclear. ¡Prioridades, amigos!

Y no olvidemos la amenaza constante que enfrentamos: los extraterrestres. Sí, esos seres de otro planeta que están ansiosos por invadirnos. Es obvio que necesitamos gastar miles de millones de dólares en tecnología espacial ultra secreta para protegernos de ellos. ¿Quién necesita programas sociales cuando puedes tener un escuadrón de soldados espaciales defendiendo el país?

Pero en serio, es hora de detener esta locura. Es comprensible que un país quiera estar preparado para defenderse, pero gastar más dinero en defensa que el siguiente puñado de países combinados es simplemente ridículo. Mientras tanto, los ciudadanos estadounidenses sufren las consecuencias de la falta de inversión en áreas vitales como la educación y la atención médica.

Quizás algún día los políticos estadounidenses se den cuenta de que invertir en su propia gente es una estrategia de seguridad mucho más inteligente que acumular armas. Hasta entonces, seguiremos viendo cómo el presupuesto de defensa norteamericano sigue creciendo y creciendo, mientras el resto del país se pregunta si alguna vez recibirán una parte de ese pastel. ¡Viva el militarismo excesivo!