Geopolitica y analisis internacional.

Entrevista especial: Mali y el Sahel, un Análisis de la Situación Actual

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En esta nueva entrevista exploraremos la situación en Mali y la región del Sahel. Mali, ubicado en África Occidental, toda esta región ha sido el centro de atención debido a desafíos que van desde el terrorismo y la lucha por la independencia hasta la búsqueda de estabilidad y desarrollo económico.

En un contexto de transformación geopolítica, Mali se encuentra en una encrucijada, enfrentando decisiones cruciales para su futuro. En esta ocasión contamos con la participación de nuestro amigo Ibrahima Camara quien desde Malí nos acerca la realidad del país y la región.

Ibrahima Camara es periodista independiente y analista político interesado en las interacciones entre África y el resto del mundo, como Norteamérica, Sudamérica, Oriente Medio, Asia y Europa. Asesora a organizaciones públicas y privadas. Planifica y lleva a cabo campañas de sensibilización e información para educar al público sobre cuestiones sociales importantes en Malí.

1) Malí ha sido históricamente un defensor del panafricanismo y de la lucha anticolonial. ¿Cómo describiría la influencia y el papel de Malí en la promoción de la unidad africana anticolonial en la actualidad?

Tras la destrucción de Libia a raíz de la intervención de la OTAN, la región del Sahel quedó desestabilizada por el terrorismo y los movimientos de rebelión armada. El líder maliense Assimi Goita es un hombre sobre el terreno y forma parte de las fuerzas especiales malienses. El actual gobierno maliense no corta lazos con Francia y sus aliados, pero exige el respeto total de la soberanía maliense.

La ruptura entre Malí y la antigua potencia colonial se produjo cuando Malí afirmó haber sido traicionado en la ONU por la voz del Primer Ministro Choguel Maïga. Durante una entrevista concedida al canal France24 por el Primer Ministro maliense, éste afirmó que durante la intervención militar solicitada por Malí para contrarrestar al ejército común de los separatistas y de AQMI (alqaeda del magreb islámico), no estaba previsto que hubiera soldados en suelo maliense, sino que Malí había solicitado entonces apoyo aéreo y ayuda de los servicios de inteligencia. Fueron los soldados malienses los que liberaron Gao, Tombuctú y llegaron a Anéfis, el ejército francés impidió que el ejército maliense regresara a Kidal por lo que los franceses se opusieron con las armas y el embajador en ese momento era Christian Rouyer y no estaba a favor de esta acción y este último fue destituido de estas funciones y luego sustituido por Jules Huberson.

El actual presidente de Malí fue parte de las fuerzas especiales que se les impidió regresar a Kidal. A partir de ese momento, se puso en marcha la ruptura entre Malí y Francia y sus aliados. Malí es el primer país africano y ex colonia francesa que se distancia abiertamente de Occidente. El país recibe el respaldo de figuras panafricanistas como Nathalie Yamb y Kemi Seba, entre otros. Con un pasado anticolonialista y antiimperialista, Malí está restableciendo lazos con su aliado de mucho tiempo, Rusia, lo que aumenta aún más la influencia de Malí.

Las diversas decisiones del gobierno de Malí han permitido a los diferentes países africanos, especialmente en el Sahel, tener una perspectiva diferente sobre la gestión de sus naciones, lo que ha llevado a golpes de estado en cascada en varios países como Burkina Faso y Níger. Además de estos factores, también debemos considerar otro aspecto muy importante, que se refiere a la cultura y las tradiciones. En África, los valores familiares y religiosos son muy importantes, mientras que Occidente promueve los valores LGBTQI y el matrimonio entre personas del mismo sexo, presionando a los gobiernos para que adopten la línea occidental en los intercambios bilaterales.

Por otro lado, Rusia y China se acercan cada vez más a África, especialmente Rusia, que defiende los valores religiosos y familiares presentes en África. Rusia respeta la no interferencia en los asuntos internos de sus socios y también respeta sus identidades y culturas. La influencia de Malí seguirá aumentando porque ha logrado contrarrestar a las organizaciones regionales como la CEDEAO, que no defienden los intereses de la población y proponen asociaciones estratégicas con otros países extranjeros como Turquía, Irán, Corea del Norte, China y Rusia.

2) La cuestión del desarrollo económico es crucial para Malí. ¿Podría compartir con nosotros su perspectiva sobre las perspectivas de crecimiento económico y las estrategias para mejorar la calidad de vida de los malienses?

El desarrollo económico es de suma importancia; en el largo plazo, Mali, con el fin de garantizar su soberanía económica, no puede permitir que otro país imprima y gestione su moneda. Por lo tanto, la evolución natural de las cosas implica que Mali cree y administre su propia moneda, abandonando el franco CFA. Esto puede ser acompañado por sus aliados del Sahel, como Níger y Burkina Faso.

Para empezar, Mali puede contar con asesores económicos de países colaboradores como China y Rusia, con el fin de mantener una economía estable y prevenir que la nueva moneda sea atacada por otras potencias. Un aspecto del desarrollo económico es la creación de nuevos negocios nacionales y el estímulo a que los jóvenes emprendan, dado que el 65% de la población es joven. Así, el Estado debería respaldarlos financieramente a través de incubadoras, lo que fortalecerá la base económica del país. Por ejemplo, Mali firmó un memorando con Rusia para tener varias centrales nucleares y ser independiente en materia de energía.

En noviembre de 2022, Mali y China firmaron un acuerdo para la instalación de dos unidades textiles que generarán cerca de 5,000 empleos, sin tener en cuenta las externalidades positivas.

3) En un mundo multipolar en transformación, ¿cómo ve la posición de Mali en cuanto al fortalecimiento de su soberanía nacional y la de otros países de África Occidental como Burkina Faso y Níger?

Si la trayectoria que han seguido Malí, Burkina Faso y Níger no cambia, veo que estos países se convertirán en potencias regionales tanto en términos económicos como militares. La creación de la AES (Alianza de Estados del Sahel) a través de la Carta Liptako-Gourma ha permitido esta alianza político-militar, que redefine la lucha contra el terrorismo y reconfigura los equilibrios regionales. Esta alianza militar marca la efectiva disolución del G5 Sahel, del cual Malí se retiró hace unos años. También es importante recordar que la CEDEAO intentó iniciar una acción militar contra Níger, eludiendo el derecho internacional, pero no pudo hacerlo. Desde el punto de vista militar, si los estados no se involucran en la diplomacia, corremos el riesgo de una guerra terrible en el Sahel. Como dice el refrán, la unión hace la fuerza, y estos países también deberán aliarse económicamente para ser relevantes en la región.

Políticamente, estos estados se oponen a la interferencia en los asuntos internos, y esta alianza militar podría extenderse al ámbito político, lo que fortalecerá aún más a los tres países. Estos países tienen muchas similitudes: culturas extremadamente parecidas, la predominancia de las mismas religiones, como el islam y el cristianismo, abundancia de recursos naturales como petróleo, sol, uranio, agua, oro, cobalto, hierro y otros. Ahora, estos países pueden desarrollar sus economías transformando las materias primas en el lugar, lo que aumentará sus márgenes financieros y los alejará de la economía primaria, caracterizada por la falta de procesamiento de materias primas.

Uno de los proyectos más interesantes que está llevando a muchos estados a involucrarse en la crisis de Nigeria es el proyecto del gasoducto que va desde Nigeria hasta Europa. Muchos estados, como Argelia y Nigeria, ven amenazados sus intereses. Por lo tanto, esta región seguramente será tema de conversación en los meses venideros.

4) ¿Cuáles son los retos y las oportunidades a los que se enfrenta Mali en su búsqueda de una mayor independencia y autonomía en un contexto geopolítico mundial cambiante?

Las oportunidades que Malí tiene en un mundo en constante cambio son el desarrollo económico a través de la industrialización, ya que el mundo ofrece todos los medios necesarios para el desarrollo de un país. Malí debe identificar los sectores a través de los cuales podría desarrollar una estrategia para aumentar su poderío tanto en términos de influencia económica como política. Al igual que Taiwán, que posee TSMC, Malí también debe dotarse de capacidades que le otorguen respeto en la escena internacional.

Los desafíos que enfrenta Malí son varios, a saber: ponerse al día en la industrialización; combatir el terrorismo; alcanzar la autosuficiencia energética; tener acceso al mar y, por qué no, una futura federación con un país costero para no seguir siendo un país de segunda clase; ponerse al día en tecnología. En última instancia, no faltan desafíos para Malí. Debemos repensar a Malí; es un proyecto inmenso que requiere tanto el coraje de cuestionar conceptos que han demostrado sus limitaciones y que hemos establecido como dogmas, como la imaginación para crear soluciones concretas.

5) ¿Qué opina de la colaboración y cooperación entre las naciones africanas para abordar problemas comunes y defender sus intereses en la escena internacional?

La cooperación entre las naciones africanas es algo necesario para resolver los problemas del continente. Con este fin, han surgido organizaciones africanas como la Unión Africana, la Comunidad de Desarrollo de África Austral, el Mercado Común de África Oriental y África Austral, la Comunidad de Estados de África Occidental, la Comunidad Económica de Estados de África Central, la Unión del Magreb Árabe, la Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo y el G5 Sahel.

A pesar de todas estas organizaciones, los Estados africanos no pueden gestionar las crisis que ocurren en el continente. Por ejemplo, tenemos la extrema pobreza en ciertas partes del continente, la crisis entre Argelia y Marruecos, Casamance, el Sahara marroquí, los millones de muertes en el Congo, la fragmentación de la sociedad sudafricana, el terrorismo, el racismo estructural contra los negros en el Magreb, crisis del agua y otras crisis futuras en el continente. Las organizaciones africanas deben ser independientes y proteger los intereses de la población sin depender de financiamiento externo. Por ejemplo, tenemos la Unión Europea, que no tiene una estrategia geopolítica clara para destacarse de sus aliados. Mientras las organizaciones africanas no estén alineadas con las realidades de las poblaciones, serán inútiles. Por lo tanto, corresponderá a los Estados formar asociaciones entre ellos para preservar sus intereses.

6) Mali se ha enfrentado a importantes retos en la lucha contra el terrorismo y el separatismo tuareg. ¿Cómo valora la situación actual y las estrategias para hacer frente a estos problemas?

Mali ha sufrido claramente el impacto del separatismo tuareg, el cual está estrechamente vinculado al terrorismo. Después de la destrucción de Libia, los tuaregs libios llegaron a Mali con la intención de dividir toda la parte septentrional del país y nombrarla Azawad. Estos sostienen que han sido olvidados por el estado maliense, pero esta afirmación no es cierta.

En primer lugar, es importante destacar que los tuaregs son parte de una comunidad llamada “Amazigh” o bereber. Los amazighes o bereberes se encuentran en Argelia, Mali, Níger, Mauritania, Marruecos, Libia, Egipto y Túnez. En Mali, solo una minoría de tuaregs no desea integrarse en el país y, incluso en la parte norte del país donde residen, son una minoría. En el norte de Mali, la mayoría está compuesta por grupos étnicos como los Songhai negros, los Fulani negros y los Dogon negros, que están perfectamente integrados en el país. Estas comunidades han convivido siempre sin discriminación.

Es importante señalar que Mali no es un país que sea racista hacia los tuaregs. Si consideramos las declaraciones del Primer Ministro de Mali durante la intervención militar en el norte del país, la revolución tuareg está respaldada por algunos estados occidentales, como Francia y otros. La mayoría de los tuaregs no se reconocen en este movimiento separatista, e incluso los tuaregs que forman parte del gobierno maliense se han distanciado de este movimiento.

También es relevante mencionar que si el presidente actual de Mali tiene problemas de salud, la persona que lo reemplace será un tuareg. En realidad, este movimiento sirve a otros intereses, y durante la rebelión de 2012, los rebeldes tuaregs mataron a tuaregs afiliados al ejército maliense en la ciudad de Aguelhok. Las víctimas fueron degolladas y otras fueron asesinadas de un tiro en la cabeza con las manos atadas a la espalda. Aquellos que buscan separarse de Mali están protegiendo los intereses de otras potencias, sobre los cuales probablemente te hablaré en otra ocasión. Sin embargo, Argelia, Níger, Mauritania y Mali no tolerarán la creación de un estado separatista, ya que esto significaría dividir todos estos países y destruir su integridad territorial.

Este separatismo es infundado, ya que debemos tener en cuenta las inversiones realizadas en estas regiones del norte de Mali. Desde la independencia, Mali ha respaldado a estas regiones durante 50 años en todos sus aspectos. Se trata de un problema de soberanía nacional y un déficit de desarrollo. Los ingresos fiscales de estas regiones son bastante bajos y no pueden mantener a los funcionarios públicos ni los hospitales. Esto significa que son las otras regiones de Mali las que ya están subsidiando al norte a través de un fondo de solidaridad nacional.

Después del Acuerdo de Argel, Mali organizó el Foro de Kidal, que reunió a organizaciones internacionales, donantes, ONG y otros. Los participantes tuvieron en cuenta todas las preocupaciones de las regiones del norte, lo que dio como resultado un presupuesto de 840 mil millones de francos CFA, de los cuales Mali logró movilizar 550 mil millones. Sin embargo, cada vez que se iniciaba un proyecto, los grupos terroristas se apoderaban del equipo, lo que plantea un problema de seguridad. Es importante señalar que los terroristas están en connivencia con los separatistas. En realidad, estos últimos no desean el desarrollo de la región y, durante los 11 años en que la ONU estuvo en Mali a través de la Misión Multidimensional Integrada de Estabilización de las Naciones Unidas en Mali, estos grupos separatistas no llevaron a cabo ningún proyecto de desarrollo.

7) En un contexto de transformación geopolítica, ¿cómo ve el papel de Mali en la lucha contra el terrorismo y el fomento de la estabilidad en la región? ¿Cuál es la importancia de Rusia en este contexto?

Creo que el papel de Rusia es esencial en la región. Durante años, los estados occidentales han impedido que el ejército de Mali se equipe con material militar. Rusia ofrece un enfoque único que permite combatir eficazmente el terrorismo. También es importante recordar que Estados Unidos fracasó estrepitosamente en Afganistán y en general en la lucha contra el terrorismo. Cito a Estados Unidos porque son la fuerza impulsora detrás de la OTAN.

Muchos críticos creen que Rusia se alió con militares para consolidar su poder, pero esto es falso. La compañía Wagner estuvo presente en Mali y, en general, en el Sahel, y considero que esto es beneficioso para la región.

Además, está en curso una guerra de información entre Occidente y Rusia, y Mali corre el riesgo de convertirse en una zona de lucha geopolítica. Mali está en el centro de esta guerra por la influencia. Rusia ha contado con numerosos influenciadores que se oponen a la presencia francesa y a la Operación Barkhane, como “Ben the Brain”, quienes abogan por la intervención rusa y la retirada de las fuerzas francesas. En 2020, Facebook afirmó haber desmantelado dos redes: una dirigida por “individuos asociados al ejército francés” y la otra liderada por actores rusos o pro-rusos.

El objetivo de Mali no es expulsar a Francia y poner a Rusia en su lugar, sino recuperar todo su territorio y ejercer su soberanía. Por lo tanto, Rusia es un aliado adecuado que permitirá a Mali alejarse de Occidente y tener otros socios de acuerdo a sus necesidades.

8) Por último, ¿podría compartir su perspectiva sobre las aspiraciones a largo plazo de Malí y las oportunidades que ve para el país en el futuro?

A largo plazo, creo que Mali debe posicionarse como una potencia regional y continuar su desarrollo. Deben identificarse los aliados necesarios para este proyecto, pero también pienso que Mali no debe distanciarse por completo de Occidente, sino también colaborar con socios occidentales que respeten nuestra soberanía. Debemos estar atentos a la situación en Níger, ya que en los últimos días el Presidente Bazoum intentó escapar y, si eso ocurriera, podría solicitar la intervención militar de los países de la CEDEAO. Como mencioné, Mali y África en su conjunto tienen todas las oportunidades para tener éxito en sus proyectos de desarrollo. Existe tecnología, tecnócratas y la juventud africana será un actor fundamental en su desarrollo.

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