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Por regla general en la composición geopolítica a partir del siglo XX las divisiones de los países en donde podemos notar limites y fronteras que no tienen lógica geográfica alguna, es una clara señal del pasado colonialista y la división del mundo arreglada entre Francia y el Reino Unido entre otras potencias europeas en la trágica Conferencia de Berlín del año 1884, en la cual se asentó el colonialismo y la explotación total del África.

Indudablemente un país que sufrió este colonialismo y esta explotación es Malí la cual se ha enfrentado a varios desafíos políticos, de seguridad y humanitarios desde la declaración de su independencia.

El dominio colonial francés en Malí duró desde finales del siglo XIX hasta 1960, cuando Malí obtuvo la independencia. Durante este tiempo, Francia ejerció control político y económico sobre la región y la integró a su imperio colonial en África Occidental.

Los franceses implementaron un sistema de administración y trabajo forzado, que tuvo impactos significativos en la población local, incluida la reubicación forzada de personas y la explotación indiscriminada de sus recursos. Después de la Segunda Guerra Mundial, el movimiento anticolonial en Malí cobró impulso y luego de varios años de negociaciones y protestas, el país logró la independencia en 1960. El legado del dominio colonial francés en Malí ha moldeado el desarrollo político, social y económico del país.

Pensamiento panafricanista

Malí tiene una fuerte tradición de panafricanismo, que es un movimiento político y cultural que busca promover la unidad, la cooperación y la solidaridad entre las naciones y los pueblos africanos en la busqueda de la emancipacion total de sus pueblos en contra del colonialismo occidental.

La idea del panafricanismo ha influido en Malí y en África occidental en general, y ha sido defendida por varios líderes políticos e intelectuales destacados de la región.

Malí ha sido un participante activo en organizaciones regionales y continentales, incluidas la Unión Africana (UA) y la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (ECOWAS), y ha desempeñado un papel de liderazgo en la promoción de la integración y la cooperación regionales.

El país también ha sido un firme partidario de la agenda panafricana, incluidas las iniciativas destinadas a fortalecer los lazos económicos, mejorar la cooperación política y cultural para defender la identidad de la región.

En los últimos años, Mali ha estado a la vanguardia de los esfuerzos para abordar los desafíos de seguridad regional y promover la paz y la estabilidad en África Occidental, incluido su papel en las operaciones de mantenimiento de la paz en la región. El país también ha sido un firme defensor de la unidad africana y del principio de no injerencia en los asuntos de otras naciones africanas. En general, el compromiso de Malí con el panafricanismo refleja su fuerte sentido de solidaridad con el resto del continente y su creencia en la importancia de la unidad y la cooperación africanas.

El uranio la tentación de occidente.

Mali es uno de los mayores productores de uranio en África y tiene importantes reservas del mineral. La producción de uranio en Mali ha sido una importante fuente de ingresos para el país, contribuyendo a su economía y proporcionando empleo a sus ciudadanos.

A la misma vez el uranio se convirtió en una maldición para el pueblo de Mali ya que la importancia estratégica de este apreciado mineral lo ha puesto en la mira de las potencias occidentales que han explotado este mineral en perjuicio del pueblo y del gobierno de Mali.

La extracción de uranio en Malí la llevan a cabo principalmente empresas extranjeras, y el gobierno de Malí desempeña un papel regulador y recibe regalías por la extracción y venta del mineral. Las minas de uranio de Malí están situadas en la zona norte del país, cerca de la frontera con Níger, y han sido objeto de ataques y redadas por parte de grupos extremistas islamistas y otros actores regionales armados por las mismas potencias extranjeras.

A pesar de los continuos desafíos de seguridad y el riesgo de conflicto y violencia en la parte norte del país, la producción de uranio en Malí ha continuado y el nuevo gobierno de Mali ha tomado medidas para garantizar la seguridad de las operaciones mineras. Los ingresos generados por la producción de uranio han sido una importante fuente de financiación para el gobierno, pero también han despertado preocupaciones sobre los impactos ambientales y los riesgos potenciales para la salud asociados con la exposición a la radiación y la extracción de uranio.

La situación del Sahara.

Comenzamos el articulo hablando sobre las fronteras ficticias que creo occidente para el África la cual ha arrojado desde sus comienzos con grandes problemas entre las diferentes composiciones étnicas que han quedado aunadas en un mismo país.

En referencia a los movimientos armados y separatistas es necesario hablar del Movimiento de Liberación de Azawad (MNLA) el cual es un grupo separatista tuareg de Malí que busca la independencia de la región de Azawad, que cubre precisamente el norte de Malí, la tierra rica en uranio.

El MNLA fue fundado en octubre de 2011, aprovechando la guerra civil y la invasión occidental en Libia, lo que generó un gran desequilibrio en la seguridad del Sahara ya que el arsenal del ejercito libio quedo en manos de grupos armados diversos entre ellos los tuareg.

El grupo lanzó una rebelión armada en enero de 2012 y en abril de ese año, había declarado la independencia de Azawad. Sin embargo, el control del MNLA en el norte de Malí duró poco, ya que los grupos extremistas islámicos aprovecharon el vacío de poder para hacerse con el control de la región.

De esta manera el MNLA se vio obligado a retirarse y reagruparse, y desde entonces ha estado involucrado en negociaciones y conversaciones de paz con el gobierno de Malí.

El MNLA continúa presionando por el reconocimiento de Azawad como estado independiente, pero también ha estado involucrado en conversaciones de paz y esfuerzos para encontrar una solución política al conflicto el cual no tiene mucho sentido ya que los tuareg son un pueblo mayoritariamente nómade y que goza de reconocimiento por parte de todos los países que conforman la región del vasto y amplio desierto del Sahara.

Situación actual.

La desestabilización constante de Mali y la presencia de gobiernos ineficaces los cuales no representaban al pueblo sino a los intereses extranjeros produjo que las fuerzas armadas de Mali junto con el pueblo diera un “golpe de estado” en el cual Assimi Goita un oficial militar y el actual presidente de Malí. Llegó al poder en agosto de 2020, que derrocó al gobierno del presidente Ibrahim Boubacar Keïta.

Goita ha enfrentado los momentos mas duros en Mali y su trabajo para restablecer la situación ha sido muy compleja, de esta forma ha recibido el apoyo de importantes segmentos de la población maliense que creen que el gobierno anterior fue corrupto e ineficaz. Desde que llegó al poder, Goita se comprometió a establecer la seguridad nacional y de esta manera ha expulsado al colonialista francés de su país dando por terminada la operación francesa en Mali.

La operación militar de Francia en Mali conocida como “operación serval” generó críticas y preocupaciones sobre las bajas civiles y el uso de la fuerza indiscriminada para sembrar el terror en la población local. Desde entonces, la presencia militar francesa en Malí ha sido interpretada por los ciudadanos de Mali como una invasión y representó claramente la perdida total de soberanía nacional.

Relación estratégica entre Rusia y Mali.

Históricamente las relaciones diplomáticas entre Malí y Rusia ha sido relativamente limitada, pero se ha ido fortaleciendo gradualmente en los últimos años y mas aun con la llegada del gobierno del presidente Goita.

Rusia ha expresado su interés en mejorar su participación en África, y Mali ha estado entre los países donde Rusia ha buscado aumentar su presencia política y económica. Los dos países han forjado sus relaciones diplomáticas y han realizado varias visitas e intercambios de alto nivel los cuales también van enmarcados en el surgimiento de un mundo multipolar.

Los dos países también han firmado varios acuerdos sobre comercio, inversión y cooperación técnica, con el objetivo de impulsar los lazos económicos y comerciales. En términos de seguridad, Rusia ha estado brindando capacitación y apoyo a las fuerzas de seguridad de Malí, además de participar en los esfuerzos internacionales de mantenimiento de la paz en el país. Rusia también ha expresado su apoyo al proceso de paz en curso en Malí y a la estabilidad regional en África occidental.

El rol de Mali en la nueva ruta de la seda

La “Nueva Ruta de la Seda” también conocida como la Iniciativa de la Franja y la Ruta, mencionada en los ámbitos académicos por sus siglas en ingles BRI (Belt and Road Initiative), llevada a cabo por China, también tiene su rol y su importancia clave en Mali el cual es uno de los países que está incluido en el BRI, y tiene el potencial de beneficiarse del proyecto a través de una mayor inversión y desarrollo de infraestructura.

China ha sido un actor importante en la economía de Malí, con empresas chinas que invierten continuamente en proyectos de infraestructura y otras áreas como la agricultura, la minería y la construcción. En los últimos años, China también ha brindado asistencia financiera y técnica a Malí para apoyar su desarrollo y ha participado en esfuerzos para mejorar la cooperación comercial y económica entre los dos países.

El BRI tiene el potencial de fortalecer aún más los lazos económicos entre China y Malí, y de mejorar la conectividad y la competitividad de la economía de Malí la cual de a poco se ha ido posicionando en el mercado del África Occidental.

Para concluir debemos entender que Mali juega un papel significativo y que su actual gobierno representa una esperanza para el continente en medio de la conformación de un mundo multipolar, el ejemplo de Mali se ha convertido en un faro regional que ya ha empezado a ser imitado por otros países como Burkina Faso y la República Centroafricana.