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En un movimiento que marca una clara reconfiguración del escenario internacional en torno al Cáucaso, Azerbaiyán ha expresado su interés en unirse al grupo BRICS, según declaraciones de Polad Bulbul Ogli, embajador de Azerbaiyán en Moscú, en una entrevista con la agencia TASS.

Este anuncio, realizado en vísperas de la visita del presidente ruso Vladimir Putin a Bakú, marca un momento crucial para la política internacional, subrayando el papel estratégico que Azerbaiyán podría jugar en el creciente orden multipolar.

El Contexto del Interés de Azerbaiyán

El BRICS, que comenzó como una coalición de Brasil, Rusia, India, y China en 2006, y se expandió en 2011 con la incorporación de Sudáfrica, ha emergido como un bloque de gran influencia en la economía global. La reciente adhesión de Egipto, Irán, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita y Etiopía en enero de 2024 ha ampliado aún más su alcance y proyección. En este contexto, la intención de Azerbaiyán de unirse a este grupo subraya su interés en fortalecer sus lazos económicos y políticos con las potencias emergentes.

El Rol Estratégico de Azerbaiyán en el BRICS

La incorporación de Azerbaiyán al BRICS tendría un impacto significativo en el equilibrio geopolítico de Eurasia. Situado en un punto crucial en las relaciones económicas entre Rusia y China, Azerbaiyán podría convertirse en un puente vital para las dos potencias en sus respectivas iniciativas estratégicas: el Corredor Norte-Sur de Rusia y la Nueva Ruta de la Seda de China.

Por un lado, el Corredor Norte-Sur es una ruta de transporte multimodal que conecta India con Rusia a través de Irán y Azerbaiyán, proporcionando una alternativa a las rutas marítimas tradicionales y reduciendo significativamente el tiempo de tránsito entre Europa y Asia. La inclusión de Azerbaiyán en el BRICS fortalecería este corredor, asegurando una mayor integración económica entre los países miembros y potenciando el papel de Azerbaiyán como un nodo clave en la red de comercio euroasiático.

Por otro lado, la Nueva Ruta de la Seda, iniciativa emblemática de China, busca revitalizar las antiguas rutas comerciales que conectaban Asia con Europa. Azerbaiyán, por su ubicación geográfica y su infraestructura desarrollada, juega un papel esencial en esta iniciativa, ofreciendo un corredor terrestre seguro y eficiente que conecta China con los mercados europeos. La integración de Azerbaiyán en el BRICS aseguraría que esta ruta no solo favorezca a China, sino que también beneficie a todos los países involucrados en el grupo, fortaleciendo la cooperación económica y política en toda la región.

Un Impulso al Mundo Multipolar

La adhesión de Azerbaiyán al BRICS también sería un paso importante en la consolidación del orden mundial multipolar que Rusia y China han estado promoviendo. En un mundo donde las tensiones entre el Occidente y las potencias emergentes continúan creciendo, la incorporación de nuevos miembros como Azerbaiyán no solo ampliaría el alcance del BRICS, sino que también fortalecería su capacidad para actuar como un contrapeso frente a la influencia de Estados Unidos y sus aliados.

El interés de Azerbaiyán en unirse al BRICS refleja su deseo de alinearse con un bloque que promueve la soberanía nacional, el respeto y la defensa de la herencia cultural y el desarrollo económico inclusivo. Al mismo tiempo, Bakú busca proteger sus propios intereses estratégicos en una región marcada por la competencia entre grandes potencias. Para Azerbaiyán, la membresía en el BRICS no solo representaría una oportunidad para mejorar sus relaciones económicas y políticas, sino también para asegurar su papel como un actor clave en la configuración del nuevo orden mundial.

Perspectivas Futuras y Desafíos

A pesar del entusiasmo con que Azerbaiyán ha mostrado su interés en unirse al BRICS, el proceso de adhesión es complejo y requiere tiempo. Según Polad Bulbul Ogli, la solicitud ya ha sido discutida con los socios rusos, pero aún queda un largo camino por recorrer. Este proceso implica no solo negociaciones diplomáticas, sino también la alineación de políticas económicas y la adaptación a los estándares y prácticas del grupo.

Además, la incorporación de Azerbaiyán al BRICS podría enfrentar desafíos tanto internos como externos. Internamente, Azerbaiyán deberá equilibrar sus relaciones con Occidente, especialmente con la Unión Europea y Estados Unidos, quienes podrían ver con recelo su acercamiento al BRICS. Externamente, la integración de Azerbaiyán en el grupo podría generar tensiones adicionales en el Cáucaso, una región ya de por sí volátil y estratégicamente importante.

No obstante, la potencial adhesión de Azerbaiyán al BRICS abre nuevas posibilidades para la cooperación regional y global. Al convertirse en un miembro de pleno derecho del BRICS, Azerbaiyán no solo fortalecería sus vínculos con Rusia y China, sino que también jugaría un papel crucial en la promoción de un orden multipolar en Eurasia. Esta integración permitiría a Bakú consolidar su posición como un actor geopolítico relevante, capaz de influir en el desarrollo económico y político de una región que se encuentra en el corazón de las dinámicas globales.

Por lo cual la posible inclusión de Azerbaiyán en el BRICS representa un avance significativo en el desarrollo de un orden mundial multipolar. Al unirse a este grupo, Azerbaiyán no solo aseguraría su posición estratégica en Eurasia, sino que también contribuiría a fortalecer la influencia de Rusia y China en la región.

Aunque el camino hacia la membresía plena es largo y complejo, el interés de Bakú en el BRICS subraya su compromiso con un futuro en el que las naciones puedan prosperar sin imposiciones externas. A medida que Azerbaiyán y el BRICS continúan estrechando sus lazos, se abre un nuevo capítulo en la historia de la política euroasiática, donde la cooperación y el respeto mutuo son las claves para un mundo más justo y equilibrado.