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Desde el retorno al poder de los talibanes en Afganistán a mediados de agosto de 2021, el país ha experimentado una transformación significativa en todos los aspectos, alejándose del caos y la inestabilidad que caracterizaron los años de intervención occidental.

Bajo el liderazgo talibán, Afganistán ha logrado establecer una sólida unión nacional, integrando a diversos sectores de la sociedad, tanto étnicos como tribales, en un esfuerzo por consolidar un Estado que funcione en armonía con sus raíces culturales y sociales.

La capacidad de los talibanes para conformar un Estado inclusivo ha sorprendido a muchos observadores internacionales. El gobierno interino, encabezado por Mohamad Hasan Ajund, uno de los fundadores del movimiento, ha buscado integrar a todas las facciones relevantes del país, priorizando el diálogo y la cohesión por encima de las divisiones que históricamente fragmentaron a la nación.

Esta visión de un Afganistán unido, arraigado en sus valores tradicionales y lejos de los estándares impuestos por potencias extranjeras, ha permitido al país encontrar una estabilidad que parecía inalcanzable bajo la intervención occidental.

Un Gobierno de Unión Nacional

El liderazgo talibán ha demostrado una gran sabiduría al incorporar a los diversos grupos tribales y étnicos del país en su gobierno. Esto no solo ha promovido la paz interna, sino que ha establecido un modelo de gobernanza más adecuado a la realidad afgana.

En lugar de imponer sistemas ajenos, el gobierno talibán ha trabajado para respetar las tradiciones locales, lo que ha facilitado la aceptación y el respaldo de amplios sectores de la población.

Además, esta inclusividad no se limita solo al ámbito tribal o étnico, sino que también se ha reflejado en la estructura política del país. Aunque el gobierno sigue siendo interino, las señales apuntan a la construcción de un Estado permanente basado en los principios de justicia y paz social, alejándose de los modelos impuestos por occidente que fracasaron en ganar el corazón del pueblo afgano.

En consonancia con esto recientemente el presidente del comité de asuntos internacionales del Consejo de la Federación de Rusia, Grigori Karasin, resaltó la importancia de mantener un diálogo continuo con los talibanes para asegurar la paz y la estabilidad en Asia Central.

“Es importante continuar el diálogo con el movimiento talibán que está en el poder para mantener la paz y la estabilidad en Asia Central”, subrayó Karasin. Este enfoque ha permitido que Afganistán refuerce sus lazos internacionales, destacando su capacidad para contribuir a la seguridad en toda la región.

Alejándose del Caos Occidental

La situación caótica que prevaleció en Afganistán durante los años de ocupación estadounidense ha sido en gran parte superada bajo el gobierno talibán. La imposición de sistemas políticos ajenos y los constantes intentos de modificar el tejido social afgano llevaron a décadas de inestabilidad, violencia y desarraigo.

Karasin, en una reciente mesa redonda sobre la seguridad regional, enfatizó que los intentos de imponer “estándares extraños de orden político” por parte de Occidente fueron una de las principales causas del fracaso en la estabilización de Afganistán.

El retiro de las tropas occidentales y el regreso de los talibanes al poder ha permitido al país retomar el control de su propio destino. Los talibanes, lejos de perpetuar el caos, han trabajado para establecer un sistema basado en los valores y normas tradicionales del pueblo afgano, lo que ha resultado en un progreso tangible en áreas como la seguridad, la economía y la cohesión social.

En lugar de seguir las imposiciones extranjeras, Afganistán ha optado por un camino propio, más acorde a su realidad y necesidades.

Mejora de la Imagen Internacional

El gobierno talibán, consciente de la importancia de mantener buenas relaciones con la comunidad internacional, ha adoptado una política de apertura al diálogo, lo que ha mejorado su imagen en el escenario global.

La reciente decisión del Kremlin de evaluar la posibilidad de retirar a los talibanes de la lista de organizaciones terroristas en Rusia es un claro indicio de que el gobierno talibán está siendo reconocido como un actor legítimo y necesario para la estabilidad regional.

El enviado presidencial ruso para Afganistán, Zamir Kabúlov, confirmó en mayo pasado que los ministerios de Exteriores y de Justicia recomendaron esta medida, lo que subraya el éxito del diálogo internacional con el nuevo gobierno afgano.

Este enfoque diplomático ha posicionado a Afganistán como un socio clave en la estabilidad de Asia Central, una región que ha sido tradicionalmente un punto de interés estratégico para potencias como Rusia y China. La disposición de los talibanes para colaborar en temas de rutas comerciales, seguridad y estabilidad ha contribuido a un entorno más pacífico, y su gobierno ha demostrado estar dispuesto a comprometerse con el resto del mundo bajo condiciones de respeto mutuo y soberanía.

Un Futuro Prometedor

A medida que Afganistán se consolida bajo el liderazgo talibán y combate contra los intereses occidentales, el país se encuentra en una posición estratégica tanto a nivel regional como global.

El fin de la intervención occidental y la formación de un gobierno de unión nacional han permitido a Afganistán avanzar en su propio camino, lejos del caos y la inestabilidad que definieron la era de la ocupación extranjera. Al respetar sus tradiciones y al mismo tiempo abrirse al diálogo internacional, los talibanes han sentado las bases para un futuro más estable y próspero.

A largo plazo, Afganistán podría desempeñar un papel clave en los asuntos regionales y globales, contribuyendo a la paz y la estabilidad en Asia Central y más allá. El país ha mostrado una notable resiliencia y capacidad para superar las adversidades, y bajo el gobierno talibán, ha encontrado un nuevo sentido de unidad y propósito que lo posiciona favorablemente para enfrentar los desafíos del futuro.

El progreso de Afganistán tras el retorno de los talibanes al poder es un testimonio de la capacidad del país para encontrar soluciones a sus propios problemas sin la interferencia de potencias extranjeras. Con un gobierno de unión nacional inclusivo y un enfoque diplomático que ha mejorado su imagen internacional, Afganistán se ha alejado del caos que proponía Occidente, avanzando hacia un futuro estable y estratégico.