Otro país clave en esta región, del cual no podemos evitar escribir es Kazajistán, este inmenso país muchas veces ignorado, fue centro del escenario mundial a principio del año pasado, cuando estuvo en la boca de la opinión publica mundial y de las grandes cadenas mediáticas, ya que por los aumentos del precio del gas, estallaron simultáneamente masivas protestas que derivaron en la violencia política, siendo esta utilizada por diversos sectores asociados a países de Occidente que buscaban generar un ambiente de desestabilización y provocar una “revolución de colores” con el fin de derrocar el gobierno del presidente Tokayeb.
De esta manera se buscó crear una acción en contra de Rusia, desestabilizando un importante socio comercial y un país responsable también de la estabilidad regional. A continuación nos centraremos brevemente en explicar el porque Kazajistán cumple un importante papel en Eurasia, siendo este país una pieza fundamental en el rompecabezas eurasiático.
Kazajistán es el país más grande de Asia Central, con una superficie de casi tres millones de kilómetros cuadrados, y aunque no es el país más poblado de toda la región, tiene una enorme importancia económica y nacional en Eurasia. Según las estadísticas, de sus 20 millones de habitantes, el 68% son kazajos, el 19% rusos, el 3% uzbekos y el 1% alemanes del río Volga. También hay minorías uigur, armenia, bielorrusa y tártara. Sin embargo, la demografía del país se vio afectada por el colapso de la Unión Soviética: los kazajos, que eran una minoría en ese momento, comenzaron a crecer cuando más de un millón de kazajos huyeron de los países vecinos y se asentaron nuevamente en Kazajistán en la década de 1990.
En 1989, la población rusa era del 38%, y ahora es sólo la mitad de esa cifra, concentrada casi toda en el norte del país, junto a la frontera rusa. Esta redistribución geográfica se ha convertido en fuente de tensión entre Rusia y Kazajistán, ya que el país teme un movimiento de cesión similar al que se ha visto en otras repúblicas postsoviéticas (Moldavia y Ucrania). En 1998, a pesar de que Rusia y Kazajistán mantenían importantes lazos políticos, militares y económicos, el gobierno decidió trasladar la capital del país a Almaty (Astana) en el suroeste, justo en la frontera entre las regiones superiores kazajas. El Astana futurista pasó a llamarse Nursultan en 2019 en honor al expresidente Nursultan Nazarbayev.
Kazajistán ha desarrollado políticas multilaterales que reflejan la diversidad geográfica y étnica del país. Las élites kazajas han establecido importantes lazos económicos y políticos con Occidente y con China. Esta ultima interesada en las vastas reservas de hidrocarburos del país, aprovechando a demás que el territorio de Kazajistán no es montañoso siendo ideal para construir las rutas terrestres necesarias para la Iniciativa de la Franja y la Ruta.
A la vez Kazajistan es miembro de varias organizaciones, militarmente forma parte de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), una organización económica, política y de defensa mutua, compuesta por Rusia, Tayikistán, Bielorrusia, Armenia y Kirguistán (Serbia es miembro observador), forma parte de la Unión Económica Euroasiática (UEE) junto con Rusia, Armenia, Bielorrusia y Kirguistán (Tayikistán es candidato a esta organización, y otros países como Irán, Moldavia o China también están interesados en incorporarse). Kazajistán también es miembro activo de la Organización de Cooperación de Shanghai (SCO), una de las estructuras económicas más dinámicas de la región, que incluye a China, Rusia, Irán, India y Pakistán.
Kazajistán es un ejemplo complejo también con respecto a lo energético, siendo el mayor productor de petróleo de Asia Central y es el principal proveedor de gas después de Rusia y Turkmenistán. Más de 250 yacimientos de petróleo y gas son explotados en Kazajistán por 104 empresas, incluidos gigantes energéticos occidentales como Chevron, Total, Exxon Mobil y Royal Dutch Shell siendo Kazajistán uno de los pocos países en la región (junto con Uzbekistán) que mantiene importante vínculos con empresas extranjeras para la explotación de sus recursos naturales.
Con todo esto en mente debemos imaginar que Kazajistán en su diversidad y compleja situación, también abrió sus fronteras de par en par a las inversiones extranjeras y la presencia numerosa de ONGs de dudosas procedencias, por lo que podemos llegar a afirmar que fue un gran error de la política exterior de Kazajistán, creer que desde Occidente lo tenían como un socio comercial y un aliado, cuando en realidad y remitiéndonos a los hechos, solo estaban convirtiendo a Kazajistán en una plataforma o quinta columna regional teniendo como fin hacer colapsar a Rusia y así entorpecer el desarrollo de la Nueva Ruta de la Seda.
La estabilidad de Kazajistán fue y es un gran desafió regional en Eurasia, en la lucha para garantizar la unión y la continuidad de las soberanías nacionales y el crecimiento económico de cada país.
Probablemente el rápido accionar de Rusia ha sido vital para mantener la región unida y a salvo de la desestabilización en un escenario mundial en su momento mas álgido.
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