*Articulo escrito por Shahin Aliyev, Presidente de la Unión Pública Juvenil “Eternal Union” y Activista Público-Político
La elección de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos se espera que introduzca nuevos enfoques pragmáticos en las relaciones entre Azerbaiyán y Estados Unidos. La política exterior de Trump, que prioriza los intereses comerciales y la seguridad nacional, podría influir en la priorización de áreas de cooperación con Azerbaiyán.
Azerbaiyán es un socio energético clave para los Estados Unidos, especialmente debido a su papel en garantizar la seguridad energética de Europa. Proyectos como el Gasoducto Trans-Adriático (TAP) y el sector de petróleo y gas de Azerbaiyán probablemente ocuparán un lugar central en la política energética de la administración Trump. El enfoque orientado a los negocios de Trump podría fortalecer aún más esta cooperación.
La administración Trump podría intensificar la colaboración con Azerbaiyán para reforzar la estabilidad regional, dado su estratégico posicionamiento en el Cáucaso Sur, la Cuenca del Caspio y su frontera con Irán. Es posible que Estados Unidos trabaje de cerca con Azerbaiyán para contrarrestar la influencia de Irán y equilibrar la presencia de Rusia en el Cáucaso Sur.
La diplomacia de Trump, más enfocada en la realpolitik y en estrategias basadas en intereses, podría alterar la postura de Estados Unidos sobre las relaciones entre Armenia y Azerbaiyán. Es probable que Estados Unidos exprese un mayor apoyo a la integridad territorial de Azerbaiyán y adopte un enfoque más pragmático en las actividades del Grupo de Minsk.
El énfasis de Trump en los lazos comerciales podría abrir nuevas oportunidades de comercio e inversión con Azerbaiyán. Se espera que las empresas estadounidenses aumenten su participación en el sector energético de Azerbaiyán, así como en los ámbitos de transporte y logística.
La elección de Donald Trump como presidente podría marcar el inicio de una nueva fase en las relaciones entre Azerbaiyán y Estados Unidos, caracterizada por una cooperación pragmática, orientada a los negocios y estratégica. La energía, la seguridad y las relaciones económicas seguirán siendo prioridades clave. Sin embargo, los desafíos geopolíticos regionales y el equilibrio de intereses entre las grandes potencias continuarán siendo uno de los principales temas en la política exterior de Azerbaiyán.
