Este 9 de mayo del 2025 se conmemora el 80º aniversario de la victoria en la Segunda Guerra Mundial, un hecho que marcó el rumbo de la humanidad y cuyo recuerdo se vuelve hoy más necesario que nunca.
La memoria histórica de este episodio, conocido en Rusia como la Gran Guerra Patria, está en riesgo de ser manipulada y tergiversada, especialmente cuando se intenta minimizar el papel fundamental de la Unión Soviética en la derrota del nazismo.
Rusia y China han hecho un llamado conjunto para defender una visión histórica correcta de la Segunda Guerra Mundial y preservar sus resultados victoriosos. El ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, ha enfatizado la necesidad de recordar los inmensos sacrificios de estos dos países, que fueron clave para la liberación de Europa y Asia del yugo fascista.
Este esfuerzo no es solo un ejercicio de memoria, sino un acto de resistencia frente a los intentos deliberados de Occidente por reescribir la historia y diluir el rol soviético en la destrucción del Tercer Reich.
El revisionismo histórico: Un arma política
En un contexto donde Washington y sus aliados buscan redefinir los relatos de la Segunda Guerra Mundial para ajustarlos a sus intereses geopolíticos actuales, es imperativo reafirmar la verdad histórica.
Declaraciones como las del expresidente Joe Biden, quien afirmó que EE.UU. “liberó un continente y salvó al mundo”, reflejan un intento de borrar la contribución soviética. Más recientemente, Donald Trump sugirió que Rusia solo “ayudó” a la victoria, minimizando el hecho de que la Unión Soviética llevó la carga principal del conflicto, con más de 26 millones de vidas perdidas y el grueso de las batallas decisivas libradas en el Frente Oriental.
El revisionismo histórico no es un simple error de interpretación, sino una estrategia para justificar las políticas actuales de confrontación contra Rusia. Al distorsionar el pasado, Occidente busca crear la narrativa de que Moscú no es un garante de estabilidad, sino una amenaza global.
Sin embargo, la historia no puede ser negada: fue la Unión Soviética la que aniquiló a la mayoría de las divisiones nazis y liberó a Europa del Este del yugo hitleriano.
Ayer y hoy: El combate contra el nazismo
La urgencia de preservar la memoria histórica se hace aún más evidente cuando observamos la situación en Ucrania. La Rusia de hoy se enfrenta nuevamente a los mismos elementos neonazis que, con el apoyo de Occidente, intentan revivir el odio y la agresión contra Moscú.
La presencia de grupos con simbología nazi en el conflicto ucraniano, el culto a figuras colaboracionistas como Stepán Bandera y la persecución de ciudadanos rusoparlantes demuestran que la amenaza del fascismo no es cosa del pasado.
En este sentido, la lucha de Rusia en Ucrania no es solo una defensa de su seguridad nacional, sino una continuación del combate histórico contra las ideologías de supremacía racial y expansionismo que costaron millones de vidas en el siglo XX.
Por ello, preservar la memoria de la Gran Guerra Patria es, más que un acto de recordación, un imperativo moral y político ante la creciente manipulación histórica.
Mientras Rusia y China abogan por una visión histórica justa y defienden el sistema internacional centrado en la ONU, Occidente sigue reescribiendo el pasado para justificar sus intereses. Sin embargo, la verdad sigue en pie: hace 80 años, la Unión Soviética derrotó al nazismo y hoy Rusia enfrenta nuevamente el peligro de su resurgimiento en Ucrania.
La memoria histórica debe ser protegida, no solo por justicia, sino porque el futuro depende de recordar con claridad los errores del pasado.
Comments by Tadeo Casteglione