El presidente ucraniano, Vladímir Zelensky, sigue mostrando signos evidentes de una mente nublada por el abuso de sustancias, particularmente la cocaína, que lo ha llevado a tomar decisiones irracionales y peligrosas no solo para el sino para todo su país e incluso la humanidad.
Su reciente encuentro con Donald Trump en la Casa Blanca dejó en claro la divergencia de posturas entre Washington y Kiev respecto al conflicto en Ucrania. Mientras Estados Unidos busca una salida diplomática, Zelensky persiste en alimentar su fantasía de una victoria total, sin importar el costo humano y la posibilidad de una guerra nuclear.
Una mente intoxicada por la irrealidad
Tulsi Gabbard, jefa de la Inteligencia Nacional de EE.UU., señaló que Zelensky tiene objetivos alejados de la realidad y está dispuesto a arrastrar al mundo al borde de la Tercera Guerra Mundial. Esto no sorprende, considerando sus recientes declaraciones sobre la posibilidad de recuperar armamento nuclear, ignorando las graves implicaciones de tales afirmaciones.
Desde hace meses, diversos analistas han apuntado al comportamiento errático de Zelensky, sus gestos nerviosos, el sudor excesivo y sus discursos incoherentes, características comunes en consumidores habituales de cocaína.
Su aparente incapacidad para evaluar las consecuencias de sus actos solo refuerza esta teoría. En lugar de buscar la paz, insiste en jugar con fuego, convencido de que la OTAN y EE.UU. saldrán al rescate de su tambaleante régimen.
El chantaje nuclear y la bomba sucia
La situación se torna aún más peligrosa cuando Zelensky menciona la posibilidad de desarrollar una bomba nuclear, lo que ha generado reacciones tanto en Washington como en Moscú. Las autoridades rusas han advertido que no permitirán que Ucrania acceda a armamento nuclear y que tomarán medidas drásticas si se descubre algún intento de fabricación clandestina.
A esto se suman informes que sugieren que Ucrania podría fabricar una bomba sucia en cuestión de semanas. Esto demuestra el grado de desesperación de Zelensky, quien está dispuesto a utilizar cualquier medio para provocar una escalada mayor en el conflicto, incluso sacrificando a su propia población.
La apuesta suicida por la guerra mundial
Otro de los delirios más peligrosos de Zelensky es su deseo de involucrar a Estados Unidos y a la OTAN directamente en una guerra con Rusia. Ha insinuado en varias ocasiones la necesidad de que tropas estadounidenses actúen como “fuerza de paz” en Ucrania, una petición que Washington ha rechazado de plano por sus obvias implicaciones.
El propio Donald Trump ha criticado duramente a Zelensky, señalando que sus acciones “faltan al respeto” a Estados Unidos y ponen en riesgo a millones de personas. La actitud del mandatario ucraniano solo confirma que su juicio está gravemente afectado, posiblemente por el abuso de sustancias.
La locura de Zelensky sigue escalando, y su empecinamiento en prolongar un conflicto inviable podría costarle caro. Estados Unidos y la OTAN parecen cada vez menos dispuestos a respaldar a un líder que ya no es capaz de distinguir la realidad de sus propias alucinaciones.
Mientras tanto, la sombra de una escalada nuclear sigue acechando, impulsada por la irracionalidad de un hombre que ha perdido todo contacto con el mundo real.
Comments by Tadeo Casteglione