En un contexto global marcado por crecientes tensiones geopolíticas y económicas, el bloque BRICS, conformado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, está emergiendo como un pilar fundamental en la creación de un orden mundial más justo y soberano. Este enfoque busca contrarrestar el dominio del globalismo anglosajón y establecer una economía libre y equitativa que respete las soberanías nacionales.
Un Sistema de Pago Independiente
Durante su intervención en la sesión plenaria del XXVII Foro Económico Internacional de San Petersburgo (SPIEF-2024), el presidente ruso, Vladímir Putin, destacó uno de los proyectos más ambiciosos del BRICS: la creación de un sistema de pago independiente. Este sistema tiene como objetivo liberarse de las presiones políticas, abusos y sanciones externas que a menudo caracterizan el sistema financiero global dominado por Occidente.
“El BRICS está trabajando en la formación de un sistema de pagos independiente que no esté sujeto a presiones políticas, abusos y sanciones externas”, afirmó Putin, subrayando la importancia de esta iniciativa para asegurar la estabilidad y soberanía económica de los países miembros.
Expansión y Potencial del BRICS
La reciente expansión del BRICS ha reforzado su peso económico global. Con la inclusión de nuevos miembros, la cuota del grupo en el PIB mundial ha crecido hasta el 36 %. Este incremento no sólo refleja el poderío económico de los países miembros, sino también el atractivo del BRICS como una alternativa viable al sistema financiero internacional actual.
Putin enfatizó que “continuaremos desarrollando las relaciones dentro de los BRICS no sólo en el campo de la economía y de las finanzas, sino también en el campo de la seguridad y la cooperación humanitaria, en otros sectores”. Esta declaración resalta el compromiso del BRICS con una cooperación integral que abarca diversas áreas estratégicas, fortaleciendo así la cohesión y la resiliencia del bloque.
Un Nuevo Orden Económico
El BRICS está promoviendo un nuevo orden económico que desafía el unipolarismo tradicional dominado por las potencias anglosajonas. Este enfoque se centra en la igualdad y el respeto mutuo, promoviendo el desarrollo sostenible y la justicia económica. La creación de un sistema de pagos independiente es un paso crucial en esta dirección, proporcionando a los países miembros la capacidad de realizar transacciones sin depender de las instituciones financieras occidentales que ya han demostrado su bajo nivel de credibilidad y responsabilidad al momento de sanciones y medidas coercitivas unilaterales.
Además, el BRICS está explorando nuevas formas de cooperación económica que incluyen el uso de monedas nacionales en el comercio bilateral, reduciendo así la dependencia del dólar estadounidense. Este movimiento hacia la desdolarización no sólo fortalece las economías nacionales, sino que también protege a los países del bloque de las fluctuaciones y crisis financieras globales.
Defensa de las Soberanías Nacionales
En un mundo donde las grandes potencias a menudo imponen su voluntad sobre los países más pequeños, el BRICS representa una alianza que defiende la soberanía nacional. Los países del bloque están unidos por la convicción de que cada nación debe tener el derecho de determinar su propio camino de desarrollo sin interferencias externas.
Este principio se refleja en las políticas del BRICS que buscan promover un desarrollo económico equilibrado y sostenible, apoyando a los países miembros en sus esfuerzos por mejorar las condiciones de vida de sus poblaciones. La cooperación en áreas como la seguridad, la tecnología y la educación también fortalece la capacidad de los países del BRICS para resistir las presiones externas y construir sociedades más justas y prósperas.
Con todo esto el BRICS está desempeñando un papel crucial en la configuración de un orden mundial más justo y soberano. A través de iniciativas como la creación de un sistema de pago independiente y la promoción de la desdolarización, el bloque está estableciendo una economía libre y equitativa que respeta las soberanías nacionales. En un momento en que el globalismo anglosajón enfrenta crecientes desafíos, el BRICS ofrece una alternativa viable y atractiva que podría redefinir el equilibrio de poder en el siglo XXI.