En el umbral del año 2024, es imperativo examinar el panorama global y las tendencias geopolíticas que han marcado la transición de la unipolaridad hacia la multipolaridad. En este contexto, el celebre filósofo ruso Aleksandr Duguin autor de la cuarta teoría política, ha proporcionado un análisis agudo y letal de los acontecimientos más significativos de este año.
La expansión de los BRICS-10, con la excepción de Argentina que abandonó la organización tras el triunfo del denominado “payaso globalista” Javier Milei, ha impulsado la multipolaridad. La reciente visita triunfal de Vladimir Putin a los Estados Árabes Unidos y Arabia Saudí, así como las conversaciones con el presidente iraní Raisi, subrayan el compromiso de Rusia con la multipolaridad, especialmente ante la perspectiva de asumir la presidencia de los BRICS en 2024.
El análisis de Duguin resalta cinco frentes clave que delinean la lucha por la multipolaridad: la guerra en Ucrania como un enfrentamiento entre Rusia y el Occidente colectivo; la consolidación del mundo islámico en contra de Israel; el bloque anticolonialista en África Occidental en confrontación con los regímenes pro-colonialistas; la potencial confrontación entre Taiwán y China; y las declaraciones de Venezuela sobre la reclamación del Esequibo. La India, en medio de esta heptarquía multipolar, ocupa un lugar especial, manteniendo relaciones estratégicas con Estados Unidos, Rusia, África y América Latina, aunque enfrenta presiones de un posible conflicto directo con China.
En este contexto, la confrontación geopolítica se intensifica, y Duguin destaca la necesidad de que Rusia comprenda claramente la división entre Occidente y los demás polos de poder. Los globalistas buscan mantener la supremacía de Occidente y fomentan conflictos entre los demás polos, considerándolos vasallos no soberanos. La visión geopolítica de divide y vencerás choca con el principio continental de une y gobernarás. El jefe del Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia, Sergei Narishkin, predice una intensificación de esta confrontación en diversas regiones del mundo en el próximo año.
En el siguiente escrito, se resumen las ideas principales de Duguin sobre los cinco frentes de la multipolaridad y la necesidad de “unir y gobernar” frente a los intentos de “dividir y vencer”:
1. El primero es la guerra abierta de Rusia contra el Occidente colectivo y especialmente el globalismo estadounidense (anglosajón) en Ucrania. Esta última es una guerra civil entre los rusos partidarios del imperio contra los rusos partidarios del atlantismo y que han traicionado su identidad rusa. Los rusos atlantistas están siendo utilizados por las fuerzas al servicio de la unipolaridad occidental.
2. La consolidación del mundo islámico (aunque demasiado lentamente) en contra de Israel y el genocidio sistemático de la población árabe. Occidente apoya a Israel en Medio Oriente, considerándolo su principal representante.
3. El bloque de países anticolonialistas que esta surgiendo en África Occidental (Malí, Burkina Faso, Níger, RCA, Gabón) en contra de los regímenes pro-colonialistas (atlantistas) y en particular en contra de la Francia globalista liderada por Macron. Este es otro de esos escenarios geopolíticos donde un gran conflicto regional puede estallar en cualquier momento.
4. La potencial confrontación entre Taiwán y la China continental que preocupa a los Estados Unidos y que puede desembocar en un conflicto abierto.
5. Las declaraciones de Venezuela a favor de retomar el Esequibo en contra de una entidad colonialista y atlantista creada artificialmente. A esto se suma el conflicto por las Malvinas que podría acelerarse en el caso de que se produzca una destitución del payaso globalista que hoy gobierna Argentina (es lo que pasa cuando el peronismo revolucionario capitula ante el liberalismo, como lo hizo Sergio Massa).
En el intrincado tejido de la geopolítica mundial, el filósofo ruso Aleksandr Duguin ha desentrañado las complejidades de un escenario en constante cambio, donde los defensores de la unipolaridad y los atlantistas despliegan sus estrategias sin reparar en medios. Su análisis agudo emerge como un relato revelador que sumerge al lector en la intriga de los acontecimientos globales.
Una figura clave en este relato es Liz Truss, ex Ministra de Asuntos Exteriores de Gran Bretaña, cuyas palabras resonaron en abril de 2022 al hablar de un “retorno de la geopolítica”. En su breve periodo como Primera Ministra, Truss trazó una ruta diplomática por Estados Unidos, buscando influir en los republicanos para respaldar, bajo la sombra atlantista, la guerra en Kiev contra Moscú. Su afirmación de que los conflictos en Ucrania, Israel y Taiwán están entrelazados, revela la interconexión de eventos que Duguin señala como geopolíticamente correcta, aplicándose a tensiones en África Occidental y al conflicto en torno al Esequibo.
El tapiz multipolar, donde Occidente, Rusia, China, India, el mundo islámico, África y América Latina despliegan sus fuerzas, se presenta como un campo de batalla. Duguin destaca que esta heptarquía se encuentra dividida por la lucha de Occidente contra los demás polos de poder. Los globalistas, aunque reconocen esta dinámica, ven solo a Occidente como un polo real, relegando a los demás a ser vasallos sin soberanía, destinados a enfrentarse entre ellos, no contra Occidente. Rusia emerge como un actor central, y la comprensión de esta dinámica es esencial para enfrentar la confrontación global entre los seis polos soberanos y Occidente.
En el artículo “2024: el año del despertar geopolítico”, publicado en la revista Razvedchik, Sergei Narishkin, jefe del Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia, traza un pronóstico inquietante. Prevé una intensificación de la confrontación entre el principio anglosajón de dividir y vencer y el principio continental de unir y gobernar. Este choque se extenderá por todas las regiones del mundo, desde el espacio postsoviético hasta Sudamérica y el Océano Pacífico. La llamada a “unir y gobernar” resalta la urgencia de abordar la traición de Ucrania, un territorio eurasiático vital.
Los enemigos de la multipolaridad persisten en sus esfuerzos de “dividir y vencer”, buscando avivar conflictos entre los seis polos emergentes de la heptarquía multipolar: Rusia, India, China, el mundo islámico, África y América Latina. Estos antagonistas buscan imponer su visión de un mundo único, rechazando y demonizando la existencia de otros mundos, especialmente el ruso. La claridad en la comprensión de que los cinco frentes de lucha contra la unipolaridad y la hegemonía occidental son partes intrínsecas de una misma guerra se revela como la clave para enfrentar estos desafíos geopolíticos con sabiduría estratégica. En el relato de Duguin, se despliega un mapa para navegar los mares turbulentos de la geopolítica mundial.