Nota especial escrita por Gabriel Gallardo.
Después de que el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela declarara ganador al presidente reelecto por tercer mandato consecutivo, Nicolás Maduro Moros, la oposición venezolana ha puesto en marcha un plan para que Venezuela retorne al aislamiento experimentado en el año 2019.
En ese entonces, gran parte de los gobiernos de la región y de la “comunidad internacional” reconocieron a Juan Guaidó como presidente interino, incluso llegando al extremo de crear una asamblea parlamentaria paralela y un poder ejecutivo cuyas funciones eran completamente ineficaces. Aunque este intento no logró su objetivo de derrocar al gobierno del presidente Maduro, sí tuvo un impacto negativo en el país debido a las sanciones arbitrarias e ilegales impuestas por los Estados Unidos y la Unión Europea, en clara violación del Derecho Internacional Público.
La oposición venezolana ha convocado a diversas protestas de grupos extremistas, que en Caracas y en otras ciudades han llevado a cabo actos de vandalismo, quema de negocios e incluso, el lunes 29 de julio de 2024, incendiaron un hospital. Esta situación subraya un punto fundamental e importante: Venezuela se enfrenta a una encrucijada geopolítica sumamente compleja y convulsa.
Hasta ahora, el único gobierno de la región que ha reconocido al opositor perdedor de las elecciones, Edmundo González, como nuevo presidente de la República Bolivariana de Venezuela, es el de la presidenta de facto Dina Boluarte en Perú. Boluarte llegó al poder tras un golpe de estado contra el ex presidente Pedro Castillo, actualmente preso por la justicia peruana, y cuenta con un amplio reconocimiento de la comunidad internacional. Mediante un comunicado emitido por su canciller, Javier González Olaechea, el gobierno peruano respaldó a González.
Además, Costa Rica ha ofrecido asilo político a la opositora María Corina Machado y a su candidato de la Plataforma Unitaria, Edmundo González. Esto se basa en una noticia no corroborada sobre una presunta orden de captura contra María Corina Machado, emitida por el Ministerio Público Venezolano o el fiscal general Tarek William Saab. Esta oferta de asilo ha sido motivada por la especulación y falta de confirmación oficial sobre la situación legal de Machado en Venezuela.
El plan ha sido diseñado con una precisión casi perfecta. Desde el propietario de la red social y plataforma X, Elon Musk, quien apoya abiertamente un golpe de estado militar para derrocar al presidente Nicolás Maduro Moros, hasta diversos funcionarios del gobierno de Estados Unidos que denuncian un presunto fraude contra Edmundo González, amenazando nuevamente a Venezuela. Este plan busca formar un gobierno paralelo, con organismos paralelos de facto, apoyado por los países del eje anglosajón, alineados con Washington, y algunos gobiernos de la región.
Uno de los elementos clave para determinar el éxito de este plan es la postura del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva. Aunque Lula ha sido vacilante en diversas cuestiones geopolíticas, aún no ha habido un posicionamiento claro respecto al reconocimiento del presidente Maduro como ganador legítimo de las elecciones celebradas el domingo 28 de julio de 2024. La decisión de Lula será fundamental para definir si este plan de gobierno paralelo puede prosperar o no.
En Venezuela no existe una pugna entre tiranos y demócratas; lo que se está desarrollando es una lucha por un botín. Venezuela posee la primera reserva de petróleo a nivel mundial, la segunda de oro en América, y otras ingentes riquezas, además de una posición geográfica estratégica en el Caribe.
La guerra global entre Oriente y Occidente está en curso, y este es un capítulo relevante en ese conflicto. China, Rusia e Irán no están dispuestos a perder a su aliado en América del Sur. Esto queda claro al analizar la situación actual. La idea de que las opiniones en redes sociales puedan influir en esta dinámica es, en gran medida, una ilusión.
El único actor capaz de modificar esta realidad es Estados Unidos. Sin embargo, en su situación actual, Estados Unidos no puede permitirse involucrarse en otro conflicto. Si interviene en Venezuela, podría terminar en una situación similar a la que termino en la guerra de Vietnam, dejando expuesta su retaguardia. Esta es una de las estrategias que los actores chinos parecen anticipar.
Además, en este momento, Estados Unidos atraviesa una fase de transición interna y carece de un gobierno estable, ya que tras bambalinas quien maneja el Poder Ejecutivo es la vicepresidenta Kamala Harris, esto tras un fuerte deterioro cognitivo y sin pleno uso de las facultades mentales del presidente Joe Biden. Este contexto hace que sea un momento particularmente inapropiado para depender de Washington en intentos de cambiar regímenes en América del Sur.
Dado este panorama, ni las voces disidentes en redes sociales ni la intervención estadounidense parecen ser viables. La pregunta crucial es quién podría derrocar al régimen del PSUV, que mantiene el control militar en Venezuela. ¿Es posible que se logre convencer a Nicolás Maduro para que renuncie voluntariamente?
La razón por la cual Nicolás Maduro no consideraría dimitir radica en que ello representaría una debilidad estratégica frente a los líderes internacionales como Vladimir Putin y Xi Jinping. En caso de que Maduro se retirara, es probable que el diputado Diosdado Cabello asumiera el poder. Aunque la vicepresidencia del poder ejecutivo está actualmente ocupada por la diplomática y abogada Delcy Rodríguez, ella aún no posee la influencia y apoyo suficiente tanto a lo interno del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) como a nivel general para asumir el liderazgo de la nación venezolana. Por lo tanto, la posibilidad de que Diosdado Cabello tome el poder, aunque aún es una simple hipótesis, podría incrementar la inestabilidad en el país, dado que Cabello es conocido por su enfoque menos diplomático en comparación con Maduro.
La permanencia del presidente Nicolás Maduro Moros en el poder se debe en gran medida a la decisión y voluntad del Ministro de Defensa, Vladimir Padrino López. Padrino López ejerce una considerable influencia en las Fuerzas Armadas Bolivarianas de Venezuela, una influencia que no proviene directamente de Maduro, sino de su propio papel y autoridad en el ámbito militar.
Han existido rumores a lo interno de la cúpula militar venezolana que sugieren que el país debería ser gobernado nuevamente por un militar de corte nacionalista y patriota, como lo fue en su día con el comandante Hugo Chávez Frías en su momento. No obstante, el día de ayer, martes 30 de julio de 2024, Padrino López junto con altos mandos militares de las Fuerzas Armadas Bolivarianas de Venezuela en un comunicado expresaron un respaldo, lealtad y apoyo incondicional al presidente Nicolás Maduro Moros, reafirmando su compromiso con el actual liderazgo del país.
La continuidad del presidente Nicolás Maduro Moros en el poder, a nivel interno en Venezuela, no se ve afectada hasta ahora en gran medida, pero si por el apoyo tácito a que sea derrocado su gobierno por carteles de la droga como el Cartel del Tren de Aragua, que han manifestado su apoyo a la oposición política a través de videos en redes sociales.
Surge la pregunta de si es realmente apropiado o digno apoyar a una oposición política que cuenta con el respaldo de elementos asociados con el crimen organizado y grupos delincuenciales que hasta han sido denunciado en redes sociales donde pagan a menores de edad para que cometan actos vandálicos a instituciones estatales. La implicación de estos actores plantea serias dudas sobre la legitimidad y que hay detrás del apoyo de estos grupos criminales al “candidato tapadera” Edmundo González y María Corina Machado.
Aunque esto no se refleja en los medios de comunicación hegemónicos y regionales, que en su mayoría son propiedad de la gran burguesía cosmopolita internacional, la oposición venezolana ha comenzado a preparar su campaña política para las elecciones legislativas y municipales del próximo año, tras los resultados anunciados por el CNE.
Cabe señalar que la oposición venezolana está fragmentada, por lo que no es correcto generalizar sobre su unidad. Un ejemplo de esta división es el opositor diputado y ex candidato presidencial José Brito, quien ha denunciado que sus hijos han sido acechados y acosados por grupos extremistas vinculados al partido Vente Venezuela de María Corina Machado y al bloque unitario de su plataforma. Estas declaraciones fueron realizadas por Brito en la Asamblea Popular de Venezuela, evidenciando que no toda la oposición política venezolana está unida.
Por otro lado, el chavismo enfrenta el desafío de renovar sus cuadros, mantener la estabilidad político-social y continuar con la recuperación económica. Además, se encuentra ante el posible retorno del ex presidente Donald Trump a la Casa Blanca. Aunque Trump busca detener el conflicto ruso-ucraniano mediante acuerdos de paz con el presidente ruso Vladimir Putin, su ideología nacionalista y proteccionista podría resultar en un aumento de agresiones económicas y políticas hacia Iberoamérica, en lugar de fomentar una mayor cooperación con Europa. No obstante, esta es aún una hipótesis, ya que el desenlace de las elecciones en Estados Unidos determinará su viabilidad y futuro político.
Este análisis se abordará en detalle en un próximo artículo. Concluyo con una reflexión acertada que dijo en su momento el general argentino Juan Domingo Perón: “La verdadera política es la política internacional; todo lo demás es pura administración.”