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El tema de una moneda global centralizada ha sido objeto de discusión y debate en el ámbito económico y político durante muchos años, por eso es necesario tener en cuenta el escenario global planteado desde el FMI como portavoz de las elites bancarias internacionales en su ambicioso proyecto.

El FMI y las CBDC.

En los últimos años, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha estado investigando activamente la implementación de monedas digitales de banco central (CBDC, por sus siglas en inglés). Una CBDC es una moneda digital emitida y respaldada por un banco central, que sería utilizada como una forma de pago legal y de reserva de valor.

Desde la perspectiva del FMI, la implementación de CBDC podría tener varias ventajas potenciales. En primer lugar, podría mejorar la eficiencia y la seguridad de los sistemas de pago, al tiempo que reduciría los costos y las fricciones asociadas con el uso de efectivo y otros medios de pago. Además, una CBDC podría mejorar la transparencia y la trazabilidad de las transacciones financieras, lo que podría ayudar a prevenir el lavado de dinero y otras actividades ilegales.

Desde un punto de vista geopolítico, la implementación de una CBDC podría tener implicaciones significativas. En primer lugar, podría fortalecer la posición de los países que la emiten, ya que tendrían más control sobre la política monetaria y financiera en el ámbito nacional e internacional. Además, podría reducir la dependencia de otras monedas internacionales, como el dólar estadounidense, lo que podría tener implicaciones significativas para la estabilidad financiera global.

Sin embargo, mas allá de las supuestas ventajas anunciadas desde los organismos internacionales, también hay preocupaciones importantes asociadas con la implementación de una CBDC. En primer lugar, podría afectar negativamente a las instituciones financieras tradicionales, al reducir la demanda de sus servicios y productos financieros. Además, podría generar preocupaciones sobre la privacidad y la seguridad de los datos personales, ya que las transacciones serían monitoreadas y registradas por el banco central emisor.

La implementación de una moneda digital de banco central (CBDC) plantea una serie de oportunidades y desafíos tanto para el FMI como para los países que consideran su adopción. Si bien podría mejorar la eficiencia y la transparencia en los sistemas de pago y fortalecer la posición geopolítica de los países emisores, también podría tener implicaciones significativas para la estabilidad financiera global y la privacidad de los datos personales.

La propaganda sobre el funcionamiento efectivo de las CBDC va atada al programa del FMI de buscar la reducción o eliminación total del dinero en efectivo para reemplazarlo por un dinero digital rastreable, bloqueable y manipulable por órganos gubernamentales centrales que estarían bajo una administración exclusiva de un equipo de técnicos del FMI, todo esto respondería a un plan mayor de la implementación de una moneda central global.

Unión Monetaria Universal.

Durante las Reuniones de Primavera de 2023 del Fondo Monetario Internacional (FMI), la Autoridad Monetaria de Moneda Digital (DCMA) anunció el lanzamiento oficial de la Unidad Monetaria Universal (UMU), Unicoin, una moneda digital del banco central (CBDC) que puede realizar transacciones de pagos transfronterizos similares a SWIFT a través de rieles de moneda digital sin pasar por el sistema bancario corresponsal a las tasas de FX mayoristas al mejor precio y con liquidación instantánea en tiempo real.

La respuesta al anuncio fue muy impactante. Los participantes de los mercados emergentes expresaron su esperanza de que Unicoin sea una solución para descolonizar el sistema monetario internacional, mientras que otros expresaron su temor de que Unicoin pueda ser una herramienta de vigilancia centralizada global para los gobiernos.

Según Darrell Hubbard , director ejecutivo de la DCMA, “los bancos centrales no comprenden completamente las fuerzas impulsoras detrás de la adopción de las criptomonedas y no han dado en el blanco en su investigación, desarrollo y lanzamiento de proyectos de CBDC. Mientras que los bancos se centran en la soberanía monetaria y integridad financiera, los criptoinversores están muy interesados en ganar dinero en un sistema monetario financiero más justo y abierto”.

La UMU ” es legalmente un producto monetario, puede realizar transacciones en cualquier moneda de curso legal y funciona como una CBDC para hacer cumplir las regulaciones bancarias y proteger la integridad financiera del sistema bancario internacional”, dijo la DCMA en un comunicado de prensa.

Los bancos pueden adjuntar códigos SWIFT y cuentas bancarias a la billetera de moneda digital UMU y realizar “pagos transaccionales como SWIFT a través de rieles de moneda digital”, refiriéndose al sistema de pago SWIFT, según el comunicado de prensa.

La DCMA señaló los comentarios en el comunicado de Tobias Adrian, el asesor financiero del FMI, quien imaginó ” una plataforma multilateral… que podría mejorar los pagos transfronterizos, al tiempo que transforma las transacciones de divisas, el riesgo compartido y, de manera más general, la financiación de contratos”.

El director ejecutivo de DCMA, Darrell Hubbard, dijo en un comunicado de prensa que la UMU es “la encarnación exacta” de la visión que ha expresado el FMI.

Las autoridades dijeron que la UMU utiliza una ” arquitectura de sistema monetario público de localización global ” y puede configurarse para cumplir con las ” regulaciones del Banco Central de cada jurisdicción participante “.

Un escenario real.

Si el FMI intentara implementar una moneda global centralizada, lo haría bajo un esquema similar al planteado por la UMU en la regularización de las diversas CBDC en plena formación, esto sería un cambio radical en el sistema monetario internacional actual, que se basa en una serie de monedas nacionales que flotan libremente en el mercado cambiario. La creación de una moneda global centralizada podría tener implicaciones geopolíticas significativas y generar desafíos tanto políticos como económicos.

La creación de una moneda global centralizada requerirá una cooperación internacional significativa, especialmente de los principales países del mundo que están de acuerdo con el sistema planteado. Dado que la mayoría de los países occidentales tienen sus intereses económicos y políticos, subordinados principalmente desde el Foro Económico Mundial con sede en Davos, las economías occidentales sin problemas podrían unirse a esta nueva forma de control global.

En segundo lugar, la creación de una moneda global centralizada podría tener implicaciones económicas significativas. Por ejemplo, podría afectar negativamente la capacidad de los países para implementar políticas monetarias y fiscales independientes, lo que podría resultar en la pérdida de soberanía económica para los países.

En tercer lugar, la implementación de una moneda global centralizada también podría generar desafíos políticos y sociales. Por ejemplo, algunos países podrían sentir que su cultura y su identidad están siendo socavadas por una moneda global centralizada que no refleja adecuadamente su historia y su patrimonio. Además, podría haber preocupaciones sobre la gobernanza y la transparencia en torno a una moneda global centralizada.

El FMI tiene planes explícitos para implementar una moneda global centralizada, aunque en estos momentos se encuentre en su etapa embrionaria, la idea ha sido objeto de discusión y debate durante muchos años. Si se prosigue en esta idea de crear una moneda global centralizada, probablemente requeriría una cooperación internacional significativa y tendría implicaciones geopolíticas y económicas significativas, así como desafíos políticos y sociales que pueden llegar a acarrear resultados sumamente graves para la libertad económica en general.

Riesgos para las soberanías nacionales.

Como hemos mencionado, la implementación de una moneda global tendría implicaciones significativas para las soberanías nacionales de los países.

Describiremos brevemente a continuación los principales riesgos y amenazas que implica esta política del FMI:

*Pérdida de control monetario: La implementación de una moneda global podría significar que los países pierdan el control sobre su política monetaria y, por lo tanto, su capacidad para regular su economía y ajustar su moneda según sea necesario.

*Vulnerabilidad a las fluctuaciones del mercado: Una moneda global estaría sujeta a las fluctuaciones del mercado y a la especulación financiera global. Esto podría hacer que las economías nacionales sean más vulnerables a las crisis financieras globales y a la inestabilidad económica surgidas a base de la especulación bancaria y la imposición de intereses.

*Amenaza a la soberanía económica: La implementación de una moneda global podría amenazar la soberanía económica de los países al hacer que sus economías estén más integradas y sean más dependientes de los mercados financieros internacionales.

*Desigualdad y exclusión financiera: Si bien una moneda global podría supuestamente mejorar la eficiencia y la transparencia en los mercados financieros internacionales, también podría crear desigualdades y exclusiones financieras en países que no puedan adaptarse rápidamente a las nuevas normas y estándares internacionales los cuales estarán dictados a base de imposiciones absurdas respecto a los recursos naturales.

*Resistencia política y cultural: La implementación de una moneda global podría enfrentar resistencia política y cultural, ya que podría ser vista como una amenaza a la identidad nacional y a la soberanía cultural.

A modo de conclusión debemos tener en cuenta que la implementación de una moneda global tendría implicaciones significativas para las soberanías nacionales de los países, y podría llevar a la pérdida de control monetario, vulnerabilidad a las fluctuaciones del mercado, amenaza a la soberanía económica, desigualdad y exclusión financiera, y la marginalidad de las economías populares.

La imposición de este nuevo esquema monetaria va de la mano con los planes del Foro de Davos y la Agenda 2030 en la cual se busca la máxima dominación y el control absoluto sobre todos los ámbitos de la vida ciudadana, en la búsqueda de la imposición de los intereses globalistas sobre la población local de cada país.

Los riesgos que representan las CBDC y los planes del FMI para todos los sectores productivos desde el eslabón primario de producción hasta las grandes industrias es una realidad que no debe ser ignorada ya que de esto depende el evolucionar de la política económica internacional y el desarrollo geopolítico del mundo.